Hay tipos de exigencias, según lo que he investigado y me han enseñado, que nos llevan a generar ideas irracionales y que nos conducen a emociones poco saludables y a conductas erróneas: poca salud. Estos conceptos fueron desarrollados o descubiertos por el maestro de la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC), Albert Ellis.
Debería: Esta exigencia nos posiciona en un plano en donde, sin tener conciencia plena del presente, la persona cree que «debería» estar en una determinada posición durante un momento específico de la vida: «Tengo ya tantos años y aún no tengo mi fondo de retiro, debería estar viviendo en paz» o «debería estar estudiando ahora mismo o seré un fracasado el resto de mi vida».
Catastrofismo: Hay personas, en un buen número, que tienen la tendencia a tomar como horribles o terribles los hechos incómodos de la vida, en lugar de percibirlos como pequeños momentos que suceden y que se pueden desvanecer con la misma facilidad con la que aparecieron: «Es terrible que el capitán de mi equipo no me haya convocado para el siguiente partido. Nunca seré un buen deportista» o «es horrible que haga frío durante las noches y calor durante el día».
Generalización: Ocurre cuando una persona, por un incidente desafortunado que le ocurre (si es que lo considera desafortunado), lo toma como el gran resultado de una vida llena de problemas: «No sirvo para nada». «Siempre seré un inútil». «Toda la gente me odia». “¿Por qué me pasa siempre esto a mí?”.
No soportantitis: Afecta a las emociones y a la conducta cuando una persona cree que lo que le ocurre no lo va a poder soportar, pese a que lo está soportando: «Si llueve mañana durante el desfile y me mojo, no lo podré soportar» o «es insoportable estar enfermo».
Reconocer que nos estamos exigiendo de forma poco saludable, quizás nos dé herramientas filosóficas para entender que esas exigencias son solo pensamientos y que no hay que dejarlas avanzar más allá de lo que son: pensamientos.
En verdad, nada es catastrófico ni insoportable en la vida. Estamos en el presente viviendo el momento que nos corresponde. En verdad, no existe la necesidad de generalizar nuestra vida en buena o mala: Somos pequeñas experiencias vividas en el momento oportuno y de cada una, aprendemos.
José J. Guzmán (Quetzaltenango, 1993). Licenciado en Comunicación Social y estudiante de la licenciatura de Psicología. Más de 10 años de experiencia en medios de comunicación. Tiene un libro de poemas publicados: “La Escena Absoluta” (2012).