En mayo de 2015, una encuesta elaborada por ProDatos por encargo de Prensa Libre, daba cuenta que el 45% de la población guatemalteca profesaba la religión católica, el 42% dijo ser evangélica, el 2% pertenecían a otras denominaciones y el 11% no profesaba ninguna religión; porqué traigo esto a colación, porque lo que escribiré en las siguientes líneas, son del conocimiento del 89% de los guatemaltecos.
La palabra evangelio es de origen latín “evangelium”, también es cierto que, proviene del griego “evanghelion”, es decir, está compuesta por dos vocablos “ev” que significa BIEN y angelos que significa MENSAJERO, en consecuencia, equivale a decir BUENA NUEVA O MENSAJE FELIZ. También, es importante recordar al 89% de los guatemaltecos que el nuevo testamento –usado y reconocido por católicos y evangélicos- inicia con cuatro libros escritos precisamente por Mateo, Marcos, Lucas y Juan a los cuales se les denomina los Evangelios, y precisamente en el libro de Marcos, capítulo 16 versículo 15 dice textualmente: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” Resalto la palabra evangelio, porque es mi intención –y, lo hago con todo respeto- ayudar a no seguir aceptando directrices de falsos líderes religiosos, llámese, pastor, cura, evangelista, sacerdote, apóstol, monseñor, obispos, etc. que no nos ayudan en nada, al contrario, nos sumergen cada día, en la esclavitud y ceguera espiritual para beneficio de los que se niegan a abandonar el status quo material.
No estoy ni estaré en contra del evangelio, pero sí en contra de los evangélicos –lobos- vestidos con piel de ovejas. Si el evangelio es llevar o enviar un mensaje feliz o buenas nuevas, sería tonto estar en contra de ello. Buenas nuevas es conocer la verdad, conocer lo bueno y lo malo, conocer lo justo y lo injusto, lo corruptible y lo incorruptible, lo moral y lo inmoral, lo ético y lo no ético, lo blanco y lo negro, el camino ancho y el camino angosto y por supuesto, tener meridiana claridad sobre las causas y efectos al tomar uno de esos caminos.
El apóstol Juan en su evangelio, capítulo 8 y versículo 32 reconoce y deja escrito para la posteridad la aseveración de Jesús “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. Pregunto, ¿estos líderes religiosos que procuran el bienestar del ladrón a costa del sufrimiento del pueblo, serán verdaderamente discípulos del Maestro Jesús? Es obvio que no, están en el camino de aquella persona que por 30 monedas vendió a su Maestro y luego a escasas horas, él mismo se puso la soga al cuello.
Pedir al pueblo que se abstenga a solicitar la renuncia del presidente de la república, cuando éste –presidente- está robando a plena luz del día y casi con la bendición de estos líderes religiosos, aquí y en China, es pecado capital. Lo he dicho en otro espacio y lo reitero, el presidente o todo funcionario público que está administrando dinero del pueblo, es un mayordomo, es decir, administra dinero que no es suyo, por lo tanto, debe hacerlo con diligencia, con responsabilidad y jamás debe tomar nada para su beneficio porque es dinero del pueblo y como tal es sagrado.
Acaso estos malos líderes religiosos no se han enterado de los 614.5 millones de quetzales que el presidente se niega decir dónde están, supuestamente fueron entregados a personas rusas para compra de vacunas contra COVID 19, sin embargo, como todos sabemos, las vacunas brillan por su ausencia, nos estamos vacunando gracias a la caridad internacional. Acaso estos malos líderes religiosos desconocen que durante décadas se han tenido y mantenido diálogos con los sectores del país –cúpula empresarial, iglesia, políticos, etc- y jamás se ha logrado nada para beneficio de la población.
Quiero recordar a los malos líderes religiosos que, Jesús realizó la mayor y eficaz manifestación, con látigo en mano, echo del templo a los mercaderes, cambistas, etc., y ustedes le piden al pueblo no exacerbarse por tanta corrupción. Por favor, queremos que nos prediquen el EVANGELIO y con su testimonio.
“Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra; Mas cuando domina el impío, el pueblo gime.” Proverbios 29:2
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.