En las diversas tertulias políticas que participe como organizador, nunca olvidare una en la que pretendíamos a través de un foro, conocer las ideas y criterios de los candidatos a la Alcaldía de mi ciudad, esta es Ambato en Ecuador.
Allá las elecciones a esta dignidad se realizan en marzo próximo, esto me motiva a compartir un suceso que les contare, a razón que en Guatemala se inició el proceso electoral hace pocos días, que concluirá con la elección del nuevo Presidente de la República.
Ecuador y Guatemala tienen muchas cosas en común, una de ellas es la faceta política, tenemos en nuestros países: personajes presos, otros con orden de captura, hay políticos que antes eran artistas populares, celebres deportistas, ex reinas de belleza, personajes de televisión, etc., además los de siempre que son licenciados, ingenieros y doctores que nos han dado lecciones que no terminamos de aprender y nos ha costado estar envueltos en pobreza, y otros aspectos que por esta vez dejare a un lado.
Volvamos al foro.
Habíamos reglamentado para las intervenciones lo siguiente: el tiempo, las réplicas, preguntas, respuestas y una iniciativa que nos pareció buena, fue que cada candidato lleve barras (porras en lenguaje chapín) además la posibilidad que un militante o simpatizante intervenga a favor de su candidato.
– Vaya- eso resultó más aleccionador que los mismos discursos.
Un joven estudiante de ideología conservadora con voz de tenor inició diciendo:
¡Enséñale a un hombre a trabajar y le habrás quitado un voto a la izquierda!
Cálidos aplausos recibió el muchacho (patojo en guatemalteco) además de una sonrisa de su candidato, que hasta levanto el pulgar derecho.
Se levantó a continuación una preciosa dama, suma cum laudede la revolución ciudadana, de figura escultural -parecida a la politóloga guatemalteca Gloria Álvarez- con aroma a perfume caro, con voz de presentadora de noticias, replicó:
¡Enséñale a un hombre a pensar y le habrás quitado un voto a la derecha!
Añadió además: -trabajar cariño- lo hacen hasta las mulas.
-Pensar es un poquito más complejo-
El auditorio esta vez aplaudió con más fuerzas y carcajadas a todo pulmón asintieron el criterio de esta persona y entonces la contienda se puso uno a uno.
Entre los asistentes estaba un hombre que guardaba silencio y pidió ser escuchado. Claro está que los miembros de los partidos políticos, no querían aceptar esto.
-Punto de orden- dijo uno, eso no esta en el reglamento del foro, y transgrede la naturaleza de este magno evento, atenta al debido proceso, dijo otro.
Luego de unas pocas deliberaciones se recibió en comisión general a este extraño ciudadano, él se presentó y dijo:
-Mi nombre es Juan Pueblo-
De joven tuve que irme a otro país, por tanto soy migrante, no importa si soy de Honduras, El Salvador, Guatemala o Ecuador, total los gringos nos tratan por igual y ahí no tenemos nacionalidad, todos somos indocumentados.
He regresado y soy de los que vive con un salario básico, de los que tiene a sus hijos en escuelas públicas, y que hace colas para todo, para subir al bus, para obtener un turno al hospital, para obtener mi documento de identidad. Soy de los que dejé de oír a misa porque su mensaje contradice al evangelio, y que tampoco entra a los templos porque no tengo para el diezmo.
Mi opinión es la siguiente:
Es mejor enseñarle a un hombre a tener criterio, y así no será ni de izquierda ni de derecha.
Sera un hombre LIBRE, INALIENABLE, AUTÓNOMO, IMPARCIAL, Y DESCONTAMINADO DE ODIO Y ENFRENTAMIENTOS ABSURDOS.
Si bien es cierto es bueno trabajar y hay que hacerlo, es también verdad que el trabajo dignifica hasta los burros y a los que parecen serlo.
Para votar hay que pensar y pensar es una acción natural del ser humano. Pero señores candidatos, discernir y tener criterio, es una virtud de pocos, y luego de mirar a los que han venido no pienso votar por ninguno, porque estamos divididos, solo tenemos “desencanto social” aquí todos se creen buenos, pero es al revés, los buenos somos nosotros que al votar les damos trabajo a ustedes.
Cuando venga un candidato sin demagogia, con verdadero afán de servicio, que busque el bien común entonces sí votaré con dignidad, porque hoy siento vergüenza de haber dado mi voto por los que están por irse y no quiero que me vuelva a pasar.
Solo les recuerdo que para dar un abrazo cálido se requiere de los dos brazos, uno de izquierda y otro de derecha. Esta vez no voy a botar mi voto. En mi interior cada vez que recuerdo el foro, lo sigo aplaudiendo y esperando llegue un mejor país, un mejor mundo.