Un gran vacío deja la partida del reconocido poeta k’iché Humberto Ak’abal, quien falleció ayer a los 67 años, tras complicaciones médicas.
Nacido en 1952 en Momostenango, Totonicapán, Ak’abal fue uno de los poetas más reconocidos a nivel mundial, pues sus obras fueron traducidas a más de 20 idiomas, como inglés, francés, italiano, alemán, entre otros.
Siempre en contacto con sus raíces y fiel a ellas, rechazó en el 2003 el Premio Nacional “Miguel Ángel Asturias”, argumentando que el autor cuyo nombre representaba el premio había escrito la tesis “El problema social del indio”, donde se refería ofensivamente a los pueblos indígenas de Guatemala.
Sin embargo, ha aceptado varios reconocimientos, como el Quetzal de Oro y el Diploma Emeritíssimum.
Entre las obras del gran escritor se encuentran los poemarios «El animalero», «Lluvia de luna en la cipresalada» y «Las Palabras Crecen», así como los libros de cuentos «Grito en la sombra» y «De este lado del puente».
A continuación te presentamos 10 poemas para recordarlo.
Camino al revés
De vez en cuando
camino al revés:
es mi modo de recordar.
Si caminara sólo hacia delante,
te podría contar
cómo es el olvido.
Dos lágrimas
Cuando nací
me pusieron dos lágrimas
en los ojos
para que pudiera ver
el tamaño del dolor de mi gente.
El triste
Yo prefiero ser triste.
De la muerte sólo me separa
el silencio.
¡Ay, de los alegres!
Para llegar a la muerte
tienen que pasar por la tristeza.
Sólo quien
Sólo quien no ha esperado
te
hablará
de
paciencia.
El fuego
El fuego
acuclillado
apaga la tristeza del leño
cantándole
su ardiente canción.
Y el leño
lo escucha
consumiéndose
hasta olvidar
que fue árbol.
Hablo
Hablo
para taparle
la boca
al silencio.
Poesía
La poesía es fuego,
quema dentro de uno
y dentro del otro.
Si no, será cualquier cosa,
no poesía.
Sombra
Sombra:
noche pequeña
al pie de cualquier árbol.
Oración
En los templos
sólo se oye la oración
de los árboles
convertidos en bancas.
Suelta
Hay lugares
por donde la noche
anda suelta
y uno hace cosas
que después
quisiera olvidar.