REFLEXIONEMOS
Sin excluir ni ignorar cuánto, en materia de corrupción gubernamental, existió en periodos anteriores y todo cuanto nos ha escandalizado en el retro próximo pasado y lo que va del presente periodo constitucional, se ve, no sé si con tristeza, coraje o hasta náusea político-ciudadana, todo cuanto está sucediendo en nuestra querida Guatemala, motivado por los escándalos que, agregados a los del periodo anterior, sitúan al país entre los más corruptos del mundo. ¡Ah!, pero eso sí, somos un país rico, pero empobrecido por muchos gobernantes que se han enriquecido a costa de la pobreza y pobreza extrema; eso sí, también con un presidente que es el que más gana en toda América Latina, y muy posible de los que más gana en el mundo entero, y donde, aunque unos no lo acepten y otros no lo quieran reconocer, esto y mucho más que se conoce, es gracias a las investigaciones de la Cicig, con el designado por la ONU Iván Velásquez, y Thelma Aldana como fiscal general de Guatemala, que han permitido destapar la olla de podredumbre gubernamental, donde hay que reconocer que, como en todo, pueden existir honrosas excepciones.
En función de lo anterior, no pueden dejar de mencionarse los dos últimos macroescándalos: lo relativo a la inmunidad de que gozan muchos funcionarios, gracias a una ley que fomenta, estimula y defiende a la corrupción, y el escándalo mayor derivado de la desafortunada disposición del Ministerio de la Defensa y el alto mando del Ejército, de recetarse un bono mensual que tiene como mayor beneficiado al señor presidente de la República, con la “modesta” cantidad de Q 50 mil; esto, además del elevado sueldo, que redondeado es de Q 150 mil, y con lo que su ingreso mensual, con el bono, aumenta a Q 200 mil o sea, el equivalente a más de 75 salarios mínimos en el país, sin incluir otros ingresos que le corresponden como gastos de representación y muchos etcéteras más.
Como es de suponer, también hay otros beneficiarios de la cúpula militar: los miembros del alto mando, que de igual manera se asignan un bono que va de los Q 25 mil, a los Q 45 mil mensuales, según el cargo, y que, al igual que al eñor presidente, se les ha pagado de diciembre de 2016 a agosto del 2017: nueve meses de cobrarlo y nueve meses de ocultarlo a la sociedad (que es la que con sus impuestos les paga), pues hasta septiembre de 2017, trascendió la información con diversidad de comentarios sobre el particular, en las redes sociales.
La revista «The Economist» de Londres, Inglaterra, del 2 de septiembre actual, aborda la crisis en Guatemala (lo comentaremos en otra entrega); comenta que cuando el Sr. Jimmy Morales era aspirante al cargo que hoy ocupa, dijo en su programa “Moralejas” en televisión: “¿No te has dado cuenta de que la gente no es tonta? ¿Que la gente vea como vas a dormir pobre y despertar rico?” (Sin comentarios). Si a lo dicho por esta publicación agregamos el bochorno legislativo (legal pero a todas luces inmoral) de mantener la inmunidad al amparo de una ley que solapa la corrupción y, adicionalmente, pensamos en lo indigno que resulta acceder a un bono que ofende a la sociedad (recordemos que la sociedad es quien lo paga con sus impuestos) y por sobre todo, ofende a la dignidad nacional, entonces, el lema de “Ni Corrupto, ni Ladrón” y lo ofrecido en campaña de donar la mitad del sueldo para los pobres, no pasa de ser una burla electoral, una “ broma”, como la que se sacó de la manga el alcalde de la capital para enfrentare el desafuero planteado por la forma de ofender a los comerciantes ambulantes o, para resumir: una broma o un chiste de mal gusto del programa “Moralejas” y Neto, su principal protagonista. ¿No cree Ud.?.
Soy un profesional comprometido con la transparencia, la crítica y la propuesta, e identificado con los problemas sociales; los intereses y necesidades de los de a pie. / lufesaldy@hotmail.com