Hoy el mundo se enfrenta a problemas que parecen insuperables, debo hacer énfasis en la coyuntura política nacional, los problemas de seguridad, los sociales y económicos. La mayor parte de nuestros jóvenes, nuestros futuros líderes, están confundidos, alineados, desmoralizados otros y otras más sin brújula. La moral está permanentemente en déficit, a estos anteriores problemas debemos sumar la crisis de liderazgo.
Las organizaciones que logran el éxito tienen una característica principal que las separa de las organizaciones que no lo logran, es un liderazgo dinámico, efectivo y profundo; estoy convencido de que los líderes de negocios son el recurso básico, pero más escaso de toda empresa comercial. Es indiscutible que el éxito o fracaso, el surgimiento y la caída de los grupos, sean comerciales, seculares, políticos y religiosos, está determinado por la calidad del liderazgo. La necesidad de líderes verdaderos es imperiosa, creo que tenemos muchos líderes que deberán ser potenciados y elevados a la palestra tomando en cuenta su transparencia y credibilidad, basada en la congruencia de palabras más sus actos. Esto es fundamental, tomando en cuenta lo anterior debemos buscar en las escuelas, las universidades y las iglesias a los mejores, y seguirlos formando para colocarlos en las posiciones más relevantes, tanto en las empresas como en las organizaciones de toda índole.
Se ha escrito mucho con respecto a las capacidades ejecutivas, a la política administrativa y a la capacidad de dirigir, y hay tantas discusiones todavía de si un líder nace o se hace, pero se ha comprobado que el líder eficiente debe formarse. Los eruditos y estudiosos concluyen que el 85 % de líderes se forma, el 10 % tiene el don y el 5 % restante se hace por necesidad, debo hacer énfasis en que el 10 % con esa condición natural debe de formarse aún, a quienes les será más fácil aprender, asimilar y ejecutar su liderazgo; el 5 % también deberá formarse cuando la necesidad los orille a hacerlo.
El resultado de la formación real académica, de experiencia, en principios, valores y toda clase de ética, nos permitirá tener líderes que generen indefectiblemente progreso.
El liderazgo es la clave para el desarrollo significativo de toda sociedad, resalto tres premisas:
En conclusión, necesitamos formar líderes capaces, honestos, contundentes en tomas de decisiones, generalmente el líder puede conducir en muchas direcciones, tiene reconocida capacidad de influenciar a las personas, características personales atrayentes, y su enfoque es hacia las personas específicamente; mientras el administrador se enfoca en procedimientos y procesos administrativos, en organizar, planificar y en resultados.
El administrador hace las cosas bien, pero el líder hace las cosas correctas.
Administrador de empresas, Licenciatura en Teología, empresario, presidente de Cámara de Comercio de Guatemala filial Quetzaltenango.