Durante los últimos meses hemos vivido una crisis política sin precedentes, a pesar de que desde 2017 venimos sufriendo los embates de la corrupción y la impunidad, lo vivido hoy no tiene comparación. Un presidente que pareciera ignorante, y digo pareciera, porque he logrado identificar que cada acción calificada por algunos de absurda tiene un propósito para él y su grupo.
Lo mismo sucede en el Congreso de la República, algunos diputados se hacen parecer tontos sin serlo, otros queriendo parecer listos, pero en verdad no lo son. Como que fuera un virus este mal se ha trasladado a las cortes. Jueces indicando que los indicios de consecución de delito planteado en los antejuicios al presidente no son tales, lo mismo con diputados y otros funcionarios.
Pero los errores de los organismos del Estado guatemalteco, cometidos en el anterior gobierno y elevado a la tercera potencia en el actual, tienen repercusiones de tipo social y económico. El haber permitido que las carreteras llegaran a una situación de abandono como la que hoy tienen, está teniendo efectos en la economía, los costos de transporte de los productos se han incrementado, por consiguiente los precios al consumidor final han subido.
Pero eso no es todo, la situación se ve más difícil luego del copioso invierno que hemos tenido en este año. Los cultivos de maíz, frijol, habas, legumbres, papas y otros se han quedado bajo de agua, por lo que se avizora una escasez, lo que inminentemente nos llevará a un incremento en los precios de la canasta básica alimentaria. Pero esto no es culpa del Gobierno, dirán algunos, por supuesto que el fenómeno climatológico no lo es, pero un Gobierno debe prever todos estos aspectos, hoy día la tecnología ha avanzado de tal manera que las proyecciones en todas las áreas permiten la construcción de escenarios posibles, años antes de que sucedan los desastres, estos resultados con bastante certeza. Un buen equipo de gobierno debió haber construido este escenario que hoy viven los campesinos, y establecer medidas de mitigación de sus efectos.
Decir hoy que no hay dinero en el presupuesto es el equivalente a decir que no somos capaces de dirigir un gobierno, y deja en evidencia el nivel de ineptitud de los funcionarios, esta última parte pone en duda mi escaso conocimiento sobre el funcionamiento del sector público. Me atrevo a afirmar que el Gobierno tiene datos de cómo está el país hoy, pero decidió no actuar con el propósito de beneficiar a un sector de élite económica que le es afín. Es por ello que no sorprende que la reunión anual de empresarios haya girado en torno al problema de las carreteras. Luego de la gran problemática que vive todo el país, cual salón de la justicia aparecen los empresarios a salvar al pueblo desposeído, diciendo que ellos tienen la solución para todos los problemas de las carreteras, lo único que hay que hacer es invertir 45,000,000,000 de quetzalitos de los impuestos, que ellos pueden administrar, porque el sector gubernamental es incapaz de hacerlo.
Lo peor es que quienes critican la intromisión extranjera invitan a un extranjero –Vicente Fox– para que les apoye en este evento empresarial. La intención es hacer negocio con los recursos de todos los ciudadanos guatemaltecos. El apoyo de los empresarios al presidente Morales no será gratis, el costo ascenderá a varios miles de millones de quetzales. ¿Qué negocios tiene en el país Vicente Fox? Ojalá algún día lo sepamos.
La calificación de Standar & Poors de BB a BB- tiene implicaciones económicas delicadas para nuestro país. Con esta información, que es accesible alrededor del mundo, las posibilidades de que llegue inversión extranjera al país está en riesgo. El Gobierno ha sido incapaz de crear plazas de empleo, y con esto no llegarán empresas privadas a crearlas, por lo que el desempleo aumentará, trasladándose las plazas al empleo informal o autoempleo. De esta situación hay responsables con nombre y apellido, dos en concreto: Jimmy Morales y Alvaro Arzú, y el grupo de allegados, incluyendo a diputados y jueces. Declarar “no grato” al comisionado de la Cicig le costará al país miles de millones de quetzales, esta es la justificación de la agencia calificadora.
Para terminar de hundir a la nación, llegan las cartas de los congresistas estadounidenses, en ellas se solicita al secretario de Estado aplicar medidas drásticas en virtud que el Gobierno en su conjunto está a favor de la corrupción y la impunidad.
Ante todo lo acontecido, se percibe un futuro incierto. Es difícil de creer que no existan intenciones perversas del Gobierno y el sector privado. Vienen tiempos difíciles, los que están en el poder pretenden empujar al país al abismo. En estas condiciones, la tesis de Mujica cobra relevancia, “la estrategia de los gobiernos más corruptos del mundo es generar violencia y caos social, para poder justificar un mayor cobro de impuestos”. Despierta pueblo.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.