Según el Diccionario de la Lengua Española, juez se define así, “persona que tiene autoridad y potestad para juzgar y sentenciar”. No cabe ninguna duda, la persona que ostenta esta responsabilidad debe ser, responsable, respetuosa y honesta; tres valores fundamentales de la moral.
Lamentablemente en nuestro país, cada día vemos jueces —hombres y mujeres— sin los más mínimos valores morales. La semana recién pasada, la Jueza Claudeth Dominguez resolvió un caso que dejó casi a todos los que están luchando contra la corrupción con la boca abierta, es decir, sorprendidos. Interpretó una norma jurídica de rango constitucional, a la medida de las “necesidades” del general Érick Fernando Melgar Padilla, quien en la actualidad ostenta el puesto de comandante de la Guardia de Honor y, según él —general Melgar Padilla— es presidente del Tribunal militar.
Lo insólito, la interpretación de la norma jurídica constitucional —artículo 206 CPRG— realizada por la jueza Dominguez, es, “la Constitución Política no contempla que un juez militar tenga derecho a antejuicio, pero tampoco lo prohíbe”, claramente se notan los intereses perversos de las personas que están luchando por sobrevivir a través del manto de la impunidad. Es importante recordar que la misma jueza, en diciembre de 2016, también benefició a otro militar —Edgar Faustino Ovalle Maldonado, diputado del FCN-Nación—, revocándole una resolución que le impedía salir del país, a la fecha, el Sr. Ovalle Maldonado es prófugo de la justicia.
La interpretación antojadiza de la norma por parte de la jueza implica, solo por poner un ejemplo, que los jueces que imparten justicia en el campo de futbol —árbitros— también gozan de antejuicio, es más, las decisiones de estos jueces —árbitros— son INAPELABLES, entonces, si aplicamos la interpretación de la jueza Dominguez, los árbitros de futbol, con mayor razón, tendrían inmunidad, craso error de la señora jueza.
Como es de esperar, el Ministerio Público con la ayuda de la Cicig, ya iniciaron los respectivos trámites para desaforar a esta funcionaria y deducir responsabilidades penales; reitero, la corrupción tiene mil cabezas, y cuando digo que tiene mil cabezas, es porque, está enraizada casi en todo el sistema de justicia. Hace unos días, nuevamente se captura a otro juez implicado —supuestamente— en actos de corrupción, me refiero al señor Eddy Giovanny Orellana Donis, quien es magistrado de la Sala segunda de Apelaciones, Civil y Mercantil.
Algunos funcionarios de Gobierno han manifestado su malestar debido a la trascendencia noticiosa dada al caso del general Melgar Padilla, argumentando que es un problema personal, y que como tal, debería afrontarlo y solucionarlo personalmente, sin involucrar al Estado. Pues sí, el problema es personal —robo de tierras entre parientes—, pero deja de ser personal cuando el general Melgar Padilla aduce ser juez militar e invoca tener inmunidad, y se aferra al manto de la impunidad, y lo que es más grave, con la ayuda del propio ministro de la Defensa Nacional, eso para cualquier mortal con sentido común, es grave y atenta contra la seguridad del país. Parafraseando: El ministro de la Defensa no sabía dónde localizar al comandante, así mismo, no sabía qué hacer con los soldados a cargo del comandante y los enemigos casi, casi, estaban invadiendo el territorio nacional. El comandante estaba escondido debajo de la cama, salió cuando los enemigos ya habían saqueado el país.
Es imperativo restablecer inmediatamente el orden, la disciplina y la honestidad dentro del alto mando del ejército, empezando por su comandante general —Jimmy Morales—, toda vez que existe el Acuerdo Gubernativo número 2-2008 de fecha 7 de enero de 2008 —Reglamento de Sanciones Disciplinarias en el Ejército de Guatemala—; transcribo un solo inciso de dicho documento, creo que con esto basta y sobra para tomar cartas en el asunto: Inciso C, artículo 6. “Decoro. Actuar con dignidad, proceder con honor, honestidad, estimación, honra, respeto, consideración y reverencia”.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.