El 2020 llega a su ocaso. Un año que ha marcado un antes y un después en la historia del mundo, de Guatemala y de la vida cada uno. La pandemia del Coronavirus no estaba en la agenda de nadie. Sin embargo, este bicho nos sorprendió el 13 de marzo del presente año, y aún sigue causando estragos por doquier.
Este pequeño virus nos ha hecho reflexionar sobre la finitud de la vida, porque hoy estamos y mañana ya no. Nos ha hecho ver que las cosas materiales no son lo más importante en la vida. Lo más importante es la amistad y el amor sincero que podemos recibir y compartir unos con otros en la vida cotidiana. Aprendimos que la vida es un constante presente, y que lo que se quiera hacer o compartir, tiene que ser hoy, porque mañana ya será muy tarde.
El 2021 continuará con el reto de seguir cuidándonos, usando la mascarilla, gel antibacterial y las demás recomendaciones que ya todos sabemos debemos observar. No hay que confiarse demasiado, porque nadie está exento de sufrir los efectos de este virus. La prudencia es un valor a poner en práctica.
Como suele pasar cada año, cuando llega el fin del mismo y el inicio del nuevo, quedan muchas cosas inconclusas. Por lo que para el nuevo año hay que preguntarse ¿Cuáles son las deudas pendientes? No me refiere a las económicas, sino a aquellas situaciones que quisimos hacer pero por razones diversas no logramos ni siquiera iniciarlas, mucho menos terminarlas. Una vez tenga claridad de lo que quedó a medias, asuma el reto de retomarlas y finalizarlas.
Pregúntese ¿Cuáles son mis deseos más profundos? Posiblemente deseamos expresarle a alguien que le amábamos, pero por miedo al qué dirán no se hizo; quizá se quiso iniciar un proyecto o un negocio y no se animó; otros posiblemente desearon continuar sus estudios en la Universidad, pero por miedo no lo hicieron.
En fin, este año que está por terminar quisimos hacer muchas cosas, pero la pandemia nos lo impidió. Algunos querían viajar, pero no pudieron. Lo positivo es que se tuvo más tiempo para estar en casa y compartir con los seres queridos. Lo bonito de este año, guárdelo en ese baúl de los recuerdos de su mente y corazón. Lo negativo, úselo como lecciones de vida, para no tropezar con la misma piedra, y sobre todo para no encariñarse con la piedra.
Pierda el miedo a lo nuevo. No espere tener todos los medios necesarios para poder iniciar lo que quiere comenzar. Dé el primer paso. El primer paso no lo llevará a la meta, per es el inicio del cumplimiento de ese sueño que hasta hoy ha sido solo una idea.
La vida es una aventura que nunca termina. Pero cada día es una oportunidad para vivirla y experimentarla al máximo. No esperemos resolver todo lo que la vida nos presente a diario. “La vida no es un problema que tiene que ser resuelto, sino una realidad que debe ser experimentada”, (Kierkegaard).
Inicie el 2021 con optimismo y esperanza, porque “por muy complicada y adversa que parezca la vida, siempre hay algo que puedes hacer. Donde hay vida, hay esperanza”, (Stephen Hawking). Muchas gracias por su amistad y cariño. ¡Feliz año nuevo!
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.