Eleazar Pérez, cuñado, comentó que Lisbeth era una mujer que luchaba para salir adelante, porque a diario salía a las 5 de la mañana a vender productos en la plaza del municipio de San Francisco El Alto, donde vivía junto a su esposo e hija. «Ella era una mamá ejemplar; ayudaba mucho a mi hermano. Ahorró durante muchos años y hace poco tiempo compró un terrenito, porque su sueño era construir una casita para su familia y dejar de alquilar. Nos dejan un vacío enorme en el corazón», expresó.
Por aparte, las autoridades policiales investigan el ataque que preliminarmente se presume pudo estar ligado a extorsiones hacia la empresa de transporte.