Desde que el hombre aparece sobre la faz de la tierra se asombra, se admira de todos los fenómenos que existen en la realidad. En esta realidad hay una gran cantidad de fenómenos tales como: terremotos, pestes, dolor, sufrimiento, muertes, entre otros. Ante esta inmensa realidad, el “homo sapiens” sale en búsqueda de apoyo y ayuda.
En primer lugar acude a la magia. Cree que el mago puede ayudarle a encontrar una respuesta a estos fenómenos que suceden en la realidad. Pasan los años y se da cuenta de que el mago no puede detener una peste, un terremoto, el dolor y la muerte. Entonces da un paso más y acude a la mitología, porque cree que ha de existir un “dios” por cada fenómeno existente en esta realidad. Pero los dioses no pueden hacer mayor cosa, porque los fenómenos siguen sucediendo. Esta es la razón por la que cree que ha de haber un Ser Supremo que pueda ayudarle en este mundo caótico, y así es como nace la “religión”, entendida como la creencia en la existencia de un ser divino que da origen a todo lo que existe.
La magia, mitología y religión son los antecedentes al pensamiento filosófico propiamente dicho. El primero en usar esta palabra fue Pitágoras. Este filósofo va a dar una conferencia a un lugar llamado Fliunte, a la cual acude el rey de ese lugar llamado Leonte. Ante la excelente ponencia de Pitágoras le dice: Usted sí es un verdadero “sofos = sabio”, pero Pitágoras le responde: No. Yo soy un “filos-sofos”, es decir, un amante de la sabiduría. Este dato lo narra Diógenes Laercio en su obra Vida de los Filósofos Ilustres.
La palabra filosofía viene del griego “filos”, que significa amor, amigo, amante; y “sofos”, que significa “sabiduría”. Etimológicamente la palabra filosofía quiere decir “amor a la sabiduría”. Por eso la filosofía da origen a todas las ciencias. La filosofía es una ciencia universal, porque se pregunta por las últimas causas y los últimos principios de todas las cosas.
Los filósofos presocráticos se preguntaron con firmeza ¿Cuál es el origen de todo lo que existe? Tales de Mileto decía que era el agua; Heráclito, el fuego; Pitágoras, los números, etc.
Ahora bien, para usted ¿Qué es la filosofía? ¿Cuál es el origen de todo lo que existe? ¿Cuál es la razón de ser de su existencia en este mundo? ¿Cuándo usted se convierte en amante de la sabiduría? Valdría la pena hacerse estas preguntas y contestarlas de la mejor manera.
Para Paola Leiva (2018), estudiante del primer año de Psicología en la Universidad Mesoamericana, la filosofía es, “la madre de las ciencias, es aquella que nos acompaña en cada momento, sí, efectivamente, o ¿Acaso nunca nos hemos preguntado por qué queremos saber el porqué de todo? Y es que definitivamente la filosofía cubre nuestro ser y hace que gocemos entreteniéndonos en tantas interrogantes que día tras día nos plantea. Podríamos creer saberlo todo, pero en realidad al pasar los días, lo único que logramos es convertimos en grandes ignorantes, aun sabiendo tanto ¿confuso, no? Pero así de maravillosa es la filosofía, porque cuando creemos saberlo todo, la filosofía tiene una nueva interrogante a la que no podemos dar respuesta, hasta que empezamos a interrogarnos y crear un nuevo conocimiento y esto se repite cotidianamente”.
La filosofía es esencial en la vida de todas las personas. Le aconsejo apostar por una filosofía de la excelencia. Pregúntese ¿Qué quiero ser en la vida? ¿Dónde debo estar? ¿Qué debo hacer? ¿Quién soy? En la medida que responda a estas preguntas usted estará en capacidad de convertirse en amante de su profesión y de su vocación. Un filósofo debe estar siempre despierto, pensar bien antes de actuar, buscar la verdad hasta encontrarla y reconocer que no lo sabe todo. La filosofía nos sirve para encontrarle sentido al canto de los pájaros, al llanto de un niño, a la sonrisa de quien triunfa y a las lágrimas de quien llora. La filosofía nos ayuda a ser felices.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.