Ver en marcha la actividad de los Juegos en Barranquilla hace preguntarse qué tan real fue la candidatura de Xela como sede del evento».
Inició la actividad de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018, justas que son parte del ciclo olímpico, y en Quetzaltenango solo queda el recuerdo de la candidatura para ser sede de este evento en el continente.
Desde un inicio la propuesta era positiva y generó una ilusión en distintos sectores de la población, por la inversión y la imagen de la ciudad; sin embargo, ahora que se ha podido ver la inauguración y las primeras competencias en Colombia, con Barranquilla como sede principal, se debe aplaudir y reconocer que los Juegos se desarrollan en óptimas condiciones, porque, considerando la situación actual de Xela y sus autoridades, aún y cuando no se hubiera declinado, no había garantía del éxito en la organización.
Si analistas consideran que el retraso de Quetzaltenango respecto a la capital es de cerca de 10 años, la diferencia con Barranquilla no sería muy distinta, una ciudad que este año obtuvo una importante calificación de la firma Fitch Ratings por la consolidación de las finanzas públicas.
Pero este nefasto engaño dejó expuestos varios puntos de análisis y conclusiones, una es no dejarse emocionar tan fácilmente sin tener la seguridad de la viabilidad de las propuestas de acuerdo con la realidad; también se hizo evidente la necesidad de integrar las ideas y las acciones para mejorar la ciudad, en Xela, las organizaciones en general y la población deben trabajar para alcanzar objetivos, comunes y no particulares, claramente establecidos, de lo contrario serán esfuerzos aislados. La desfragmentación social, propiciada por diversos factores como el mismo crecimiento poblacional y la movilización hacia las ciudades, repercute en la falta de consensos, identidad y cumplimiento de las responsabilidades ciudadanas. En otro sentido, tomar en cuenta que antes de pensar en realizar eventos de esa magnitud, se tienen que solucionar los problemas que afectan de forma directa a la población, cubrir las necesidades básicas y mejorar la calidad de los servicios e infraestructura.
En el ámbito propiamente deportivo, a pesar de la falta de promoción y apoyo al deporte, la corrupción, que la atención se centre en pocas disciplinas y que aún se debe fortalecer una cultura deportiva, es de reconocer el esfuerzo, el talento y disciplina de los atletas nacionales en estas justas, en especial los quetzaltecos, quienes no solo lograron su clasificación sino que figuran con altas posibilidades de alcanzar medallas, porque Xela no ganó la sede, pero ganará el reconocimiento a través de sus deportistas y demás miembros de la delegación.