El 8 de septiembre murieron 80 hermanos guatemaltecos por causa del COVID. El promedio de los últimos siete días es de 66 muertos. En total desde que llego la enfermedad las muertes ascienden a 12 mil 468. Estimaciones realizadas por universidades de Estados Unidos dan cuenta que para noviembre la cifra de muertes podría llegar a 25 mil, en promedio podrían morir en los próximos 80 días 156 diarios. La cantidad de casos diarios positivos está llegando a más de 5 mil, a final del llamado mes patrio podría alcanzar cifras de 10 mil, el doble en tan solo 20 días.
No hay camas para la atención de enfermos graves, no hay medicamentos, cerro el hospital temporal del parque de la industria por falta de insumos y personal. Los médicos y todo el personal que está atendiendo la emergencia están agotados. Con justa razón. Con limitaciones de todo tipo hacen su mayor esfuerzo por salvar la vida de los pacientes. El precio de los medicamentos al alza, escasos. La vacunación avanza, pero muy lento, siendo esta la única salida, conocida hoy, para dejar la crisis sanitaria en el pasado.
Un contrato privado, ilegalmente oculto, para la compra de vacunas Sputnik V, sigue sin cumplirse. De no haber sido por las donaciones de países amigos, el 90% de los vacunados al día de hoy, no lo estuvieran, y seguramente las muertes fueran de números catastróficos.
A pesar de ello, la fiesta continúa. El señor presidente en conferencia de prensa presenta una imagen delgada y muy demacrada. Los comentarios y rumores no se hicieron esperar. Entre que era un cáncer del estómago o del colon, la discusión nunca llego a una conclusión. Para evitar los rumores y la desestabilización política, Giammattei declara que el bajo peso que presenta, es debido a que está haciendo una “dieta”. Resurgen rumores, se sometió a tratamientos médicos, que incluso han requerido cirugía, para lograr adelgazar, no se sabe.
Se dan cuentas estimados ciudadanos de este país, los hermanos, tíos, padres, parientes y amigos se están muriendo y el Presidente Giammattei está preocupado por su figura. ¿Quién en época de crisis dedica su tiempo y dinero de los impuestos a mejorar su imagen? Solo alguien que le importa muy poco la vida del pueblo que juro defender. Las mentiras del presidente (1. Construiré el hospital más grande de Centro América con 3 mil camas; 2. Eliminare la SAAS, porque consume mucho dinero del presupuesto que se puede usar para el combate a la desnutrición; 3. Guatemala no continuara en el Parlamento Centroamericano, por ser un nido de ladrones.) se quedaron cortas, comparado con esta falta de respeto de un mandatario a su pueblo. Mientras muchos están delgados y demacrados por no tener trabajo, la pobreza aumenta y la desnutrición no se detiene, Giammattei muy orgullosamente afirma que está haciendo dieta.
El fallido estado de excepción improbado por el Congreso es otra muestra del show mediático que le presentan al pueblo para ocultar la investigación que internacionalmente se está llevado a cabo al presidente por el dinero recibido de una empresa de origen ruso. Fotografías, declaraciones, y muchas pruebas dan cuenta de la culpabilidad, sin embargo el Ministerio Público centra su atención en desprestigiar al ex fiscal Sandoval.
Los diputados se desmarcan del partido oficial, aquellos que al inicio del año eran parte del grupo que apoyaba el oficialismo, hoy abandonan el barco, pues este está a punto de hundirse y a ellos les interesa mantener su curul u otro puesto en las próximas elecciones. Con raras excepciones, a los congresistas guatemaltecos no les preocupa lo que la población está sufriendo, solo ven sus intereses partidistas. Como ejemplo vean ustedes la actual preocupación de ellos. Hay una propuesta de ley para prohibir que se transmita en vivo por medio de redes sociales lo que pasa en el hemiciclo parlamentario. Esto no tiene nada que ver con la crisis sanitaria, su preocupación es quedar en evidencia ante el pueblo, pues los negocios bajo la mesa están a la orden del día.
Pero la indiferencia llega al plano local, el Alcalde de Quetzaltenango y su Concejo Municipal han decidido celebrar sí o si la independencia, a pesar de que el pueblo en su mayoría ya dijo “NO HAY NADA QUE CELEBRAR”. Sin embargo urge gastarse los Q747 mil, en elecciones de reinas, cenas, bebidas, banderas, luces y todo aquello que les deje un beneficio de manera directa o indirecta. Es evidente que la muerte de los cientos de quezaltecos les importa poco o nada, pues la fiesta continua y el derroche del dinero también.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.