Estar vivo significa estar en contacto con la realidad. Y en la realidad en donde se vive, hay fenómenos de toda índole. Se requiere estar bien, para no ahogarse en un vaso de agua. Vea su historia personal, y se dará cuenta de que los problemas nos acompañan desde que fuimos formados en el vientre materno. Esta última afirmación la hago, puesto que muchas madres de familia sufrieron desde el momento que supieron que estaban embarazadas.
Su existencia en este mundo tiene una razón de ser, tiene un sentido. Por lo que no debe permitirle a los problemas que tiene que le hundan cada vez más. Hay una razón del por qué usted existe. Lo que tiene que hacer es, ponerse en camino y descubrir en lo profundo de su ser, la razón del por qué usted vive.
Es importante saber por qué y para qué existe. El descubrimiento de esa razón le permitirá encontrar más razones para vivir. Hace algunas semanas un joven se tiró del puente a desnivel de la avenida las Américas de Quetzaltenango. Y yo me pregunto ¿por qué tomó esa decisión? Seguramente tenía problemas económicos, familiares y afectivos. Los problemas mal manejados conducen al un “sin sentido de la vida”.
Nunca olvide que Dios le dice “desde antes de formarte en el seno materno, te conozco; desde antes de que nacieras, te consagraré profeta de las naciones? (Is 1, 4-10). Esta verdad bíblica tiene que llevarla en su bolsillo o en su cartera todos los días. Existe un ser Superior al ser humano que ha pensado en usted, y le ama tal como es. No hay que desesperarse ante los sin sabores de la vida, porque siempre hay razones para vivir.
Ame su vida, ame la vida de los demás. Antoine de Saint-Exupery, el autor del Principito, afirma que“el amor es lo único que crece cuando se reparte”. Si cada uno ha nacido por amor, para amar; entonces gaste su vida en repartir amor por doquier. Conviértase en repartidor de amor. Usted puede repartir amor, no sólo ayudando materialmente a sus semejantes, sino siendo amable y practicando el valor de la ternura con ellos.
La enfermedad del Coronavirus cada vez más está causando estragos en Guatemala. Los medios de comunicación nos saturan por todos lados con estadísticas desalentadoras en los diferentes hospitales del país. A esta pandemia del Covid-19, se le agregan otras pandemias como las de la indiferencia y del sinsentido de la vida. Y si reducimos un poco más el contexto, descubrimos que en su familia también hay problemas. Estos contextos mal manejados y mal acompañados pueden conducirnos a una desesperanza y aun pesimismo total.
Por lo tanto, le recomiendo procesar bien toda esta información. Prudentes sí tenemos que ser. Pero no tenga miedo. Dios ha promedio estar con nosotros siempre. Ante las adversidades de la vida tenemos que ser optimistas. “El optimismo es la fe que conduce a los resultados; nada puede hacerse sin esperanza”, (Marinoff y Ikeda 2014, 55).
Ante tanta crisis en la sociedad actual, considero que tenemos que aprender a vivir con más esperanza y con más optimismo. El doctor Martin Seligman dice: “El optimismo es esperanza. No es la ausencia de sufrimiento. No significa estar siempre felices y satisfechos, sino el convencimiento de que, aun teniendo un fracaso o una mala experiencia, uno puede cambiar las cosas a través de su propia intervención” (Marinoff y Ikeda 2014, 51).
Recuerde que Dios ha pensado en usted desde antes de nacer. Es cierto, hay un montón de problemas; pero también es verdad, que usted tiene una misión qué cumplir en este mundo. Confíe en Dios y visualice con esperanza el mañana. Pero para que mañana suceda lo que usted quiere que suceda, “hoy” dé lo mejor de sí mismo y apuéstele lo mejor a la vida.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.