Los 15 días de bloqueos en Xela dejaron cosas que lamentar y otras para reflexionar. Un restaurante en la categoría de emprendimiento en esas dos semanas no vendió y se declaró en quiebra.
No vendieron, sus productos se echaron a perder, pero terminando la quincena debían pagar a sus colaboradores, a sus proveedores y luego llegarán los recibos de luz, internet y otros costos. Gracias a la situación del país, agravada por los bloqueos, se mató a un restaurante que generaba 8 empleos.
Por eso las pérdidas no solo son para el restaurante, son para ocho familias que dependían del negocio. Los daños o consecuencias siempre se multiplican. La pregunta es, quién va a pagar estos costos económicos y sociales. No creo que el gobierno, ni el Ministerio Público. Los platos rotos siempre los paga el pueblo.Luego de los bloqueos, el comunicado de los vecinos de San Juan Ostuncalco reconoció algo: no se ha logrado nada de las peticiones, pero el daño nos lo hemos hecho a nosotros mismos.
Es lamentable la situación que está viviendo el país. Por un lado, está la necesidad del respeto a la voluntad popular, el resguardo de la democracia, y ante los atropellos, están las exigencias de renuncias, pero todo ha sido ante oídos sordos.
Alejandro Giammattei ha dicho que las leyes le impiden despedir a Consuelo Porras y ella está desaparecida, porque no ha atendido la petición de, al menos, una reunión presencial con los representantes de los 48 Cantones. Los magistrados del TSE están en profundo silencio desde el comienzo de las manifestaciones y bloqueos. La lucha no solo debe ser del pueblo.
Los bloqueos no son la vía, pero sí las manifestaciones en lugares estratégicos.
Licenciado en Ciencias de la Comunicación, con tres maestrías en diferentes campos y Doctor en Investigación en Educación. CEO de La Voz de Xela, conferencista nacional e internacional y profesor universitario.