Este martes 17 de octubre, falleció un exjugador del Xelajú MC, conformó una de las medias canchas que más futbol desarrolló en los últimos 40 años; mi retina no ha visto desde esa fecha un futbol tan creativo y con tanto talento junto. Él integró junto con Rolando Aguirre y Carlos López «Palomita» Valdez, la famosa mejor media cancha de toda Centroamérica, cuando lograron el Subcampeonato Centroamericano en 1982, eliminando en su momento a los equipos hondureños Vida, Marathon y en la final por un gol de diferencia perdieron con el Real España. Algo que se lamentó por muchos años, ya que estuvo muy cerca de algo tan significativo e histórico para el club.
Eduardo Santana nació en Río de Janeiro (1958-2023). Con casi 65 años, partió a la casa del Señor. Eduardo fue un jugador extranjero sobresaliente. Se formó en el Flamengo y formó parte de esas juveniles en 1975-76. Sus condiciones innatas lo llevaron a formar parte de la Selección Sub-20 de su país. Luego fue fichado por el Vasco en 1977-78. Posteriormente, salió de su país directamente a El Salvador en 1979, donde fue contratado por el Águila de San Miguel. Allí lograron el Subtítulo y fue nominado como el mejor extranjero del Torneo. Esto nos recuerda que en otras épocas la calidad de extranjeros era de mejor categoría. Generalmente venían de las inferiores de equipos de primer nivel de sus países, y algunos debutaban en sus respectivos equipos, como el caso de Marcelo Bauza, quien de juvenil ya era campeón con Ferrocarril Oeste en 1984 en la mayor de Argentina.
De El Salvador, Eduardo Santana fue traído en 1981 por el técnico chileno Javier Mascaro. Recién habían sido campeones con el Xelajú MC en 1980. Fue contratado como refuerzo para enfrentar el torneo internacional que se avecinaba, la Copa Fraternidad Centroamericana. Fue en ese justo momento donde el brasileño quedó como «anillo al dedo», encajó con dos jugadores con mucho talento en sus piernas, muy creativos y rápidos mentalmente. Entre ellos estaba el quetzalteco Carlos López «Palomita» Valdez y el hombre de Tiquisate, Rolando Aguirre, ambos con un talento invaluable. En esa época predominaba mucho el juego en exquisita técnica y la estrategia. Los chivos jugaban con un 4-3-3, y ellos tres eran en la media cancha: «Palomita» Valdez, Carlos Eduardo Santana y Rolando Aguirre, quienes hicieron historia en un club de provincia, al cual hicieron grande en una época dorada.
Después de su paso por el glorioso Xelajú MC, Eduardo pasó a Aurora dos años, en el cual fue campeón en 1984. Luego regresó al Águila de El Salvador, con el reconocido técnico Hernán Carrasco Vivanco, donde salió subcampeón nuevamente. Posteriormente vino de nuevo a Guatemala, al Municipal de Guatemala, haciéndolo campeón en 1987 con Piccinini, «Peruano» Vargas, Felix Macdonal, Rony Archila, Jorge Rodas, etc. Luego emigró a Honduras, donde fue campeón con el Olimpia. Su carrera terminó en Suchitepéquez y en Belice. Después de algunos años, se convirtió en técnico y dirigió a instituciones como Carcha, Suchitepéquez, Malacateco, así como en el futbol beliceño y salvadoreño.
Desafortunadamente, ya de muertos valoramos a las personas, y mientras están vivos no les damos su lugar en la historia. Yo, en lo personal, lamento no haberlo entrevistado en más de una ocasión para que nos regalase palabras para sus aficionados. Sin duda, muchos niños que hoy son mayores, él fue su ídolo. Pero el tema de los infartos está a cualquier hora del día, y a veces esperamos que lleguen a una cierta edad, cuando consideramos que se están yendo, para valorarlos. Son lecciones de la vida.
Quizá Eduardo no pudo lograr un título, al igual que «Paloma» Valdez. Solamente lucharon hasta el final con el Subcampeonato Nacional de 1981 y el Subtítulo Centroamericano en 1982. Ellos mismos siempre lo lamentaron. Fue un sueño sin conquistar, pero lo que sí nos brindaron a muchos que aún los vimos, fue un futbol depurado, con una riqueza técnica y un talento que solo ellos juntos podían tener y deleitarnos con buen juego. Ojalá mi retina pueda volver a ver con los chivos a una media cancha que los pueda superar. En 40 años no lo he visto. Quizá chispazos de algunos jugadores en lo individual como Picho, Lacho (1994-96), Rafael César Martínez (1993), Sergio Morales (2007 y 2012), y pare de contar.
Me quedaron cortos los dedos de una mano. Ojalá, por el bien del futbol, vuelvan esa calidad de jugadores. Descansa en paz, Eduardo, y una oración al cielo. Gracias por todo lo que nos regalaste de buen futbol.