Ya son dos errores consecutivos de la directiva en colocar a un estratega en el club, primero fue Machaín y ahora fue Antonio Morales. Lo advertí en ambas oportunidades.
Cuando la actual junta directiva ganó las elecciones ya estaban planificando para el corto plazo y me acuerdo que el presidente me comentaba en una de esas reuniones que las pláticas ya estaban avanzadas con el uruguayo Gustavo Machaín, lo cual inmediatamente le refuté y dije que no era técnico para Xelajú MC, lo cual lo defendió aduciendo que había salido campeón con Municipal, con lo cual le respondí que había sido cuestión de suerte y que si era tan bueno ¿por qué no se había quedado dirigiendo más temporadas? Sino al contrario lo dieron de baja de una vez y lo regresaron a coordinador de fuerzas básicas, que era su puesto, antes que quedara de interino y saliera campeón producto de la casualidad y de tener un buen plantel.
Pero ese medio merito no lo respaldaba para que Xelajú MC fuera su equipo para ser prácticas de ser entrenador. Es más, su especialidad eran las formativas (niños y juveniles), no planteles mayores, que son dos cosas totalmente distintas.
Al final lo contrataron, por lo visto su representante es un buen vendedor, que hasta hizo que los dirigentes se cegaran con este personaje uruguayo, al final estuvo algunos meses y nunca dio la talla para dirigir a una institución como la chiva.
El segundo error fue dejar otra vez al interino Antonio Morales, quien vino en su momento como asistente de Claverí, ya había dirigido algunos partidos y por azares del destino también había clasificado a los chivos a etapas finales, pero en esas instancias que se necesita mucha experiencia en las estrategias del planteamiento de partidos quedó eliminado y en dos oportunidades sucedió eso, pero en su momento por la falta de presupuesto aducían los dirigentes, les salía más barato contratarlo, pero era contradictorio si el valor de un técnico nacional o internacional hoy día: entre los baratos oscila entre los $4 mil y $5 mil, lo mismo que vale un jugador extranjero o dos nacionales que estén en la banca y eso que esa plaza de técnico es mucho más importante, es la cabeza del proyecto.
En su momento hace como dos meses redacté una columna en este medio subrayando que el técnico de Xelajú era un “cualquiera” e hice énfasis que por décadas nos hemos rasgado la ropa para pelear que el técnico que viniera fuera lo mejor posible y si enumero nombres redactaré una lista enorme, colocando nombre de directores técnicos con una amplia trayectoria en nuestro medio, comenzando con Marvin Rodríguez, Hernán Medford, etc.
Pero cuando lo mencionaba era con el espíritu de reflexión para los dirigentes en haber colocado a alguien que nunca ha dirigido ni en primera división, quizá solo en tercera y la especial de Cobán, pero son muchos kilómetros de diferencia a dirigir a los chivos, por tal razón decía que había sido un error garrafal haberlo nombrado, pero sin duda los directivos querían un “títere” que les hiciera caso en todo, al final lo lograron porque era muy sumiso a los lineamientos de sus jefes.
Siempre me respaldado con un viejo refrán que reza así: “El tiempo da la razón”, y ahora se aplica, pero es la forma como se va aprendiendo en este caminar de ser dirigente deportivo, ya que en nuestro país no existe en ninguna universidad una carrera de esta índole, que ya demanda una preparación a parte y en su mayoría de veces acompañada de respaldo económico propio.
Ahora ha contratado al mexicano Irving Rubirosa, emitiré mi punto de vista al respecto:
Ya Malacateco y deportivo Achuapa, dos equipos pequeños nos habían dado clases gratis de como traer un técnico económico y de buen cartel, fue el caso de los mexicanos Roberto Hernández Ayala y Raúl Arias, ambos jugadores profesionales en una liga competitiva como la mexicana a nivel latinoamericano. Tuvieron en su carrera a grandes maestros como técnicos y han dirigido al más alto nivel en su país, pero por la devaluación de la moneda mexicana y la invasión de tanto extranjero que llegan de jugadores y se quedan como técnicos, van desplazando a los propios técnicos locales, aun siendo de buena calidad, pero encontraron en Guatemala una nueva oportunidad para seguir siendo útiles al futbol y aprovecharlos acá de gran manera en un futbol ávido de profesionales de buen nivel.
Con el que trajo Xelajú, Rubirosa quizá no sea con más experiencia de los que mencioné, pero el haber sido jugador del Atlante por muchos años y haber salido campeón en liga de ascenso con Alebrijes de Oaxaca, no es nada más, sin duda está arriba de la línea media de técnicos nacionales, trae otra mentalidad, ya que aunque haya dirigido en liga de ascenso allá en México, esa liga está muy por arriba de la guatemalteca, por tal razón le brindamos el beneficio de la duda a un profesional que está acostumbrado a otros niveles y que se pondrá al servicio del equipo lanudo.
Ahora tenemos la fiebre de traer mexicanos, en su momento fueron ticos, argentinos, brasileños y uruguayos, pero ese segundo aire tomó fuerza hace unos doce años cuando en la región fronteriza con México, La Mesilla comenzaron a traer jugadores veteranos pero aun buenos como Moctezuma Serrato, Edoardo Isella y Miguel Casanova, quienes habían militado en equipos grandes en México y a pesar de estar con más de 30 años triunfaron en nuestra Guatemala, dejando una buena escuela y experiencia de un país que ha trabajado el futbol de una manera muy profesional y que nos lleva años luz de ventaja.
Esperamos que estos profesionales mexicanos nos dejen una grada de superación en todos los aspectos, por el bien del futbol ojalá y así sea.