PUNTUAL
El próximo domingo 15 de abril acudiremos los guatemaltecos a decir Sí o No para que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) resuelva en definitiva y determine las fronteras entre Guatemala y Belice, por lo que deseo fijar una postura y sugerencia.
Punto de partida: hay desinformación y desmotivación porque el Tribunal Supremo Electoral (TSE), a cargo del proceso, no ha hecho esfuerzos significativos de comunicación y divulgación. Les aseguro que la gente no sabe mucho, en un sondeo que hice, a un habitante urbano le preguntaba, qué cree que va a ganar: “espero que gané el mejor”, me respondió. No es broma, el desconocimiento y desinterés, es a tal extremo.
Otro señor me decía, si van a poner transporte ese día y almuerzo, entonces voy. “Ojalá que den láminas”. La gente espera a algo cambio, pero esta vez no hay nada, porque es un asunto de Estado y no de politiqueros con ambiciones de llegar al poder a cambio de acarreos, comida y dádivas.
Un conocido ya en broma decía: “pero ni una playerita han dado, cómo se va uno a motivar a ir a votar”. Pues la principal motivación debería ser por ciudadanía, porque, así como tenemos derechos, tenemos obligaciones y el domingo estamos llamados por el país a defenderlo.
Lo que en realidad creo que va a pasar, es que no va a ganar el Sí y tampoco el No, porque el gran ganador será el abstencionismo.
Pocos quieren ir a las urnas, por muchos factores y razones, pero también hay suficientes argumentos para dar un Sí. Primero, que ya no hayan muertos, porque Belice ha matado a 14 guatemaltecos en los últimos años. Como bien dice el embajador de Guatemala en Belice: “Los beliceños como hijos de la Gran Bretaña fueron a poner sus destacamentos militares en la zona de adyacencia”, donde han cometido abusos y crímenes.
Si esto que lleva 150 años de conflicto no se resuelve, van a seguir sumando víctimas fatales. Pareciera que, en la historia, Belice es la víctima y Guatemala el victimario, pero es todo lo contrario. Al ganar el Sí no queda resuelto nada inmediatamente, porque el proceso legal llevaría unos seis años más, pero damos luz verde a que sea la CIJ la que sentencie sin apelación.
Además, al poner el caso en manos de la CIJ, lo que estamos haciendo es reclamar los derechos de Guatemala. La Consulta Popular no solo es un asunto de Estado y soberanía, sino que significa abrir un camino a la justicia limítrofe, bajo esta lógica, nos conviene un Sí.
Periodista, comunicador y académico. Licenciado en Ciencias de la Comunicación, con tres maestrías en diferentes campos. CEO de LA VOZ DE XELA, conferencista y profesor universitario.