Según múltiples publicaciones científicas, se dice que el ser humano produce al menos sesenta mil pensamientos diarios de los cuales el 80% son negativos y la mayoría se producen de forma automática siendo los pensamientos conscientes en un bajo porcentaje. Eso denota de alguna manera la calidad de vida que llevamos. Los pensamientos caminan a través de las uniones interneuronales teniendo el cerebro más de 100 mil millones de ellas. Proverbios 23:7 “Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él.” En otras palabras, nuestros pensamientos definen nuestra forma y calidad de vida que levaremos.
Los pensamientos negativos más frecuentes van en relación a la ansiedad. Generalmente, estos pensamientos se perfilan hacia el futuro. ¿Qué nos espera? ¿Qué será de nuestras vidas? ¿Nos alanzará el dinero? ¿Cómo viviremos nuestra vejez?, etc. Como veremos, estos pensamientos tienen impacto en nuestra salud física y emocional. Nuestro diálogo interno por otro lado, nos enfoca hacia el pasado. Es decir, pensamientos de depresión. El pasado no resuelto sigue infiltrándose en nuestro ser en el hoy. Junto a ello, sean pensamientos del pasado o del futuro, siguen teniendo impacto en el hoy. En la vida diaria.
Otro tipo de pensamiento es lo relacionado a la muerte. Aunque generalmente le tememos, siempre permanece en nosotros. Muchos de ellos materializan estos pensamientos, consumando el suicidio. Muchos de esos pensamientos se visualizan a través de las palabras. Por eso Salomón nos recuerda que el poder de la vida y de la muerte están en la lengua.
¿Dicho esto, Hacia donde deben de ir nuestros pensamientos? El apóstol Pablo nos aconseja una serie de ramas hacia dónde dirigir conscientemente nuestros pensamientos. Filipenses 4:8 Por último, hermanos, piensen en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, en todo lo recto, en todo lo puro, en todo lo agradable, en todo lo que tiene buena fama. Piensen en toda clase de virtudes, en todo lo que merece alabanza.
Podemos desglosar varios caminos: Lo verdadero: Lo que es cierto. Lo que no queda ninguna duda. Lo que no está lleno de mentira. Nos pide evitar todo lo falso. Lo que es digno de respeto: nos pide abandonar aquello que moralmente no merece nuestra atención. El ámbito de respeto nos conserva en tranquilidad. En todo lo puro: acá también combinamos pensamientos de buena moralidad. En un mundo que ya salto la barda de la moralidad con la mano en la cintura. Mundo en el cual a lo bueno se le llama malo y a lo malo se le llama bueno. En todo lo agradable: ¿Por qué ser masoquista y estar delante de cosas desagradables? Nos invita a deleitarnos en el pensar bien. Esto retroalimenta nuestro cerebro con tranquilidad y paz. Lo que tiene buena fama: Lo que tiene buen nombre. Lo que nadie juzga como malo moralmente hablando.
San Pablo nos invita a transformar nuestra mente. Romanos 12:2 No vivan según el modelo de este mundo. Mejor dejen que Dios transforme su vida con una nueva manera de pensar. Así podrán entender y aceptar lo que Dios quiere y también lo que es bueno, perfecto y agradable a él. La receta está en tener una nueva mente. Por cierto, esta mente no es automática, sino que viene de una buena fuente, que en este caso es Dios. No podemos excluir a Dios de nuestros pensamientos y esperar que estos sean renovados. Si hacemos esto, tendremos pensamientos de calidad.
Cardiólogo - Coach/Conferencista coachedwinibarra@gmail.com