PUNTUAL
Hoy me levanto y doy gracias a Dios por mi Madre, porque sin ella no existiera y porque sé que ella me trajo al mundo por un propósito.
La madre es la madre y, por lo tanto, ocupa un lugar primordial en la vida. Jesús tuvo una madre siendo Hijo de Dios, entonces, nosotros también tenemos la dicha de tener una.
En este día, en primer lugar, me quiero dirigir a las madres, con palabras de gratitud, por todo lo que hacen en silencio, por todo lo que sufren, por todo lo que lloran, por todo lo que anhelan y sueñan para sus hijos.
Las madres son madres por siempre, no solo del bebé, sino que del joven y del adulto, porque una madre no deja de ser madre nunca.
Siempre hemos reconocido aquella madre que trabaja fuera de casa, pero también hay que reconocer aquella madre que trabaja en casa para que el alimento siempre esté calientito, para que haya ropa limpia y para que la casa sea hogar. Gracias por tanto esfuerzo que muy pocas veces se reconoce.
Pero además de ello, hoy quiero agradecer y reconocer por aquellas mamás que oran siempre, porque por sus peticiones es que muchos hijos estamos bendecidos y protegidos de todo.
Hay una madre que sus cuidados trascienden, porque son doblemente madres, son esas abuelitas que nos aman o nos amaron.
En este 10 de mayo doy gracias por las madres presentes, pero también por las ausentes, por las que ya no están y desde la eternidad, en este día saben que tienen hijos, que tienen sentimientos y gratitud por ellas.
La madre es nuestro pilar genealógico, nuestro sustento, es nuestra luz, es nuestra bendición para tener la oportunidad de estar vivos.
Doña Marta, gracias por ser mi mamá, gracias por todo, hasta por lo que nunca supe ni sabré, pero que siendo mi madre lo vivió y dio todo por mí.
¡Sintamos gratitud por nuestra madre!
Licenciado en Ciencias de la Comunicación, con tres maestrías en diferentes campos y Doctor en Investigación en Educación. CEO de La Voz de Xela, conferencista nacional e internacional y profesor universitario.