Es oportuno reflexionar sobre la forma en que se combina la maternidad con el entorno laboral, ya que por mas modernas o desarrolladas que parezcan las sociedades en Latinoamérica y en Guatemala específicamente la maternidad representa un problema, la mayoría de las instituciones públicas y privadas impulsan actividades de igualdad de genero pero sin tomar en cuenta otros factores que influyen en el desempeño laboral de las colaboradoras, específicamente cuando son madres.
Si bien el Código de Trabajo ofrece garantías laborales durante el periodo de gestación y lactancia de los hijos, ésta norma no contempla ninguna otra prestación en las siguientes etapas del desarrollo de los hijos como si éstos no crecieran nunca. En los diferentes ámbitos laborales, los mandos medios o de supervisión no tienen la más mínima empatía con situaciones de la vida diaria que pueden presentarse.
Por ejemplo: Como podría una madre desempeñar sus labores al 100% si sus hijos están en casa con fiebre? O que es urgente que lo revise el pediatra, ¿pero que en el trabajo no existe ni la más mínima posibilidad de un permiso o permuta de tiempo?; Como puede desarrollar sus labores una madre que esta pensando en que no pudo ir por las calificaciones o no asistió a la reunión de padres de familia?, Como puede dar la milla extra una madre cuyo permiso es limitado para asistir a las actividades académicas, artísticas o deportivas de sus hijos?
En un país eminentemente machista en donde los puestos de dirección están ocupados por hombres, las mujeres y específicamente las que son madres tienen el 14% menos de posibilidades de ascenso en comparación con hombres y mujeres que están en el mismo rango de edad productiva, según la OIT.
El diez de mayo es importante, y que bien que instituciones publicas y privadas celebren a las colaboradoras que son madres con una refacción, un arreglo de flores o tarjetas y un sinnúmero de frases alusivas al día de la madre, pero, mas importante que todo eso; es que, durante todo el año se muestre empatía, solidaridad y que el trabajo y la maternidad no sean un obstáculo ni una barrera oculta que impida el crecimiento profesional de las mujeres.
Si vemos el problema del lado masculino, para los varones quizá no sea tanta la presión laboral por convertirse en padres, pero, sí implica un sacrificio de tiempo. La mayoría pueden ser padres sin que eso impacte sus actividades laborales o su desarrollo profesional, pero, tienen menos oportunidades de estar con sus hijos e hijas y equilibrar su entorno laboral con el familiar por las extensas jornadas. Con estas ideas se podría creer entonces que decidir ser padre o madre resta posibilidades de desarrollo profesional, pero no, eso depende de la institución o empresa en donde se labore porque en muchas instituciones valoran otras habilidades y responsabilidades que se van adquiriendo al ser madre o padre, o simplemente existen empresas que impulsan una cultura laboral igualitaria, que cierre las brechas de género, sociales, o económicas.
Es oportuno reflexionar sobre la forma en que se combina la maternidad con el entorno laboral, ya que por mas modernas o desarrolladas que parezcan las sociedades en Latinoamérica y en Guatemala específicamente la maternidad representa un problema, la mayoría de las instituciones públicas y privadas impulsan actividades de igualdad de genero pero sin tomar en cuenta otros factores que influyen en el desempeño laboral de las colaboradoras, específicamente cuando son madres.
Si bien el Código de Trabajo ofrece garantías laborales durante el periodo de gestación y lactancia de los hijos, ésta norma no contempla ninguna otra prestación en las siguientes etapas del desarrollo de los hijos como si éstos no crecieran nunca. En los diferentes ámbitos laborales, los mandos medios o de supervisión no tienen la más mínima empatía con situaciones de la vida diaria que pueden presentarse.
Por ejemplo: Como podría una madre desempeñar sus labores al 100% si sus hijos están en casa con fiebre? O que es urgente que lo revise el pediatra, ¿pero que en el trabajo no existe ni la más mínima posibilidad de un permiso o permuta de tiempo?; Como puede desarrollar sus labores una madre que esta pensando en que no pudo ir por las calificaciones o no asistió a la reunión de padres de familia?, Como puede dar la milla extra una madre cuyo permiso es limitado para asistir a las actividades académicas, artísticas o deportivas de sus hijos?
En un país eminentemente machista en donde los puestos de dirección están ocupados por hombres, las mujeres y específicamente las que son madres tienen el 14% menos de posibilidades de ascenso en comparación con hombres y mujeres que están en el mismo rango de edad productiva, según la OIT.
El diez de mayo es importante, y que bien que instituciones publicas y privadas celebren a las colaboradoras que son madres con una refacción, un arreglo de flores o tarjetas y un sinnúmero de frases alusivas al día de la madre, pero, mas importante que todo eso; es que, durante todo el año se muestre empatía, solidaridad y que el trabajo y la maternidad no sean un obstáculo ni una barrera oculta que impida el crecimiento profesional de las mujeres.
Si vemos el problema del lado masculino, para los varones quizá no sea tanta la presión laboral por convertirse en padres, pero, sí implica un sacrificio de tiempo. La mayoría pueden ser padres sin que eso impacte sus actividades laborales o su desarrollo profesional, pero, tienen menos oportunidades de estar con sus hijos e hijas y equilibrar su entorno laboral con el familiar por las extensas jornadas. Con estas ideas se podría creer entonces que decidir ser padre o madre resta posibilidades de desarrollo profesional, pero no, eso depende de la institución o empresa en donde se labore porque en muchas instituciones valoran otras habilidades y responsabilidades que se van adquiriendo al ser madre o padre, o simplemente existen empresas que impulsan una cultura laboral igualitaria, que cierre las brechas de género, sociales, o económicas.