Según la Ley Electoral y de Partidos políticos, la campaña electoral ha terminado. Ahora comienza el proceso de reflexión para todos los guatemaltecos en cuanto a quiénes son las mejores opciones para gobernar este país. Este ejercicio democrático que vamos a ejercer este 25 de junio, es un derecho cívico del que gozamos todos, para elegir en conciencia, al mejor candidato o candidata.
El voto nulo no es una buena opción. Hay muchos que están pidiendo el voto nulo, pero será muy difícil que se llegue al 50% más uno. Y si en dado caso ganara el voto nulo, (que lo dudo) en la repetición de las elecciones entrarían a competir los mismos candidatos. Entonces no vale la pena. El voto nulo beneficia a quienes encabezan las encuestas. Por lo que no vale la pena desperdiciar nuestro voto, votando nulo.
Tampoco tiene sentido dejar las papeletas en blanco. Si alguien quiere acudir a las urnas electorales, pero piensa dejar en blanco las papeletas, mejor quédese en casita viento tele o haciendo alguna otra cosa, pero no asista. Tenemos que acudir a votar con responsabilidad y seriedad. Si de verdad queremos un cambio para Guatemala, comencemos acudiendo a votar por la mejor opción entre las muchas que hay.
Hay algunos lugares en donde se prevé ciertas inconformidades por los resultados de las elecciones. Para quienes están pensando en hacer bochinches porque no ganó su candidato preferido, les recuerdo lo que los obispos de Guatemala dicen al respecto: “Exhortamos a los ciudadanos, a las autoridades y a los candidatos, a que la etapa actual del proceso electoral sea transparente y honesta: que se evite cualquier tipo de manifestación de violencia o confrontación y se acepten los resultados legítimos con madurez y cordura”, (comunicado del CEG el pasado 21 de junio).
Hagamos la elección en base a la historia de vida y al liderazgo de cada candidato. Hay candidatos que tienen un pasado tenebroso y muy negativo. Y por ellos no valdría la pena votar. Pero hay candidatos, que no son perfectos, pero tienen ideas más claras y sensatas en cuanto a lo que piensan hacer si llegaran a ganar un puesto público.
No elija en base a las promesas que le han hecho, no elija en base a las bolsitas, gorras, pelotas y otros tipos de cosas que algunos candidatos le regalaron en campaña. Usted pudo haber recibido esas y otras cosas, pero no por eso usted está obligado a votar por ellos. En la urna donde le toque votar, pídale a Dios sabiduría para hacer la mejor elección.
A pesar de que la política en Guatemala se ha convertido en un negocio, y por eso hay tantos partidos políticos, mantengamos la esperanza en un futuro mejor para nuestro país. Hay que pedirle mucho a Dios, para que el Espíritu Santo ilumine la mente de cada guatemalteco este 25 de junio, y así pueda votar por alguien que no llegue a robar sino a trabajar por el bien común de todos los habitantes de país. Si de verdad amamos a Guatemala, no dejemos en manos de unos pocos el destino de todos. No es justo que unos pocos elijan por todos. Si de verdad queremos un mejor futuro para Guatemala, este ejercicio democrático del voto libre y secreto es la mejor forma construirlo. Demostremos que somos verdaderos guatemaltecos, haciendo de estas Elecciones una fiesta cívica.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.