Como ha sucedido en otros países, las personas infectadas de Covid-19 en Guatemala han aumentado, están empezando los contagios comunitarios, como consecuencia de ello las personas que necesitarán atención hospitalaria y supervisión médica personalizada constante aumentará en grandes proporciones, porque ese es el comportamiento de una pandemia.
El gobierno ha instalado un hospital temporal en la capital y habrá más en otros departamentos, ésta semana el Congreso de la República de Guatemala aprobó préstamos y transferencias presupuestarias, de las cuales no todo va destinado para apoyar a contener y curar la enfermedad.
De todos los sectores involucrados los más importantes son la infraestructura y equipo hospitalario, así como el recurso humano que atenderá a todos los enfermos contagiados, me refiero a todos los técnicos, enfermeros, médicos y personal de limpieza que atenderá no solo los hospitales temporales sino también los hospitales del sistema nacional de salud.
En Guatemala el sistema de salud está en quiebra y ya se contagiaron de la enfermedad médicos de un hospital público y uno privado, si bien es cierto que ellos hicieron un juramento de procurar la vida y la salud de sus pacientes, tampoco quiere decir que deban hacerlo si no les dan el equipo de protección sanitaria completo, porque eso de defender la vida también aplica para la vida de ellos, no es un juramento de suicidio.
El ministerio de salud y los dueños de hospitales privados deben proporcionar al personal de los hospitales TODO el equipo de protección, el traje, los lentes mascarillas (no solo una) gorro, batas, protectores de zapatos, alcohol en gel, etc., porque estamos en una fase en la que a los hospitales puede llegar cualquier persona que ya es portador del virus pero que aún no presenta síntomas, y si ellos no están protegidos pondrán en grave peligro su vida.
Por eso cabe la pregunta: ¿y, si el médico que atiende a los enfermos de coronavirus fueras usted? ¿Estaría dispuesto a enfrentar la enfermedad sin equipo?, muchos dirían que no, por su familia, por sus hijos, por sus padres, por ellos mismos y por supuesto que los médicos también tienen el derecho de decir que no lo harán sin el equipo necesario.
Es una situación difícil y complicada, pero también dolorosa cuando el médico es el hijo, el hermano, los padres, el mejor amigo, o el amigo de la infancia, porque muchos han tomado la decisión de marcharse de casa y vivir lejos de su familia para no ponerlos en peligro de contagio, es una actitud valiente y son personas que valen mil veces más que cualquier diputado que en plena crisis sanitaria se aprovecha de los recursos públicos y no defiende a los ciudadanos que le confiaron su voto.
Esta es una reflexión para que cuidemos y valoremos al personal hospitalario en un sistema de salud abandonado desde hace décadas, y ojalá quienes dirigen en los hospitales no les nieguen el equipo de protección “para eso se han hecho transferencias presupuestarias” porque ellos son la primera línea de batalla y han costeado sus trajes y equipo con su sueldo, como mínimo hay que darles las condiciones para que desempeñen su noble labor.