Ha sido un año con muchos baches, unos de índole social, otros políticos y obviamente con repercusiones económicas.
Todo ha servido para fortalecer nuestra fe en Dios y en Guatemala, decididos en el sector comercial privado a mantenernos en pie de lucha y superar los retos y la adversidad, comprometidos a seguir aportando en el desarrollo de nuestro país.
Los últimos 12 meses han estado marcados por la incertidumbre, los conflictos sociales y políticos; la falta de certeza jurídica y la interminable corrupción frenan las actividades económicas, aun así, ese espíritu noble e invencible de los guatemaltecos conscientes y los empresarios han mantenido el paso para sacar adelante a nuestro país.
Hay muchos aspectos y circunstancias negativas que habría que remarcar, pero es el momento de recargar nuestras baterías con fe y optimismo, con mucha actitud positiva, replantear estrategias y políticas dentro de nuestras empresas, estamos obligados a inducir los negocios, independientemente de las circunstancias para obtener los resultados proyectados para el próximo año, innovar ya no es una opción, es un compromiso con nuestras empresas y con nosotros mismos.
¿Que si hay incertidumbre para el 2018? Basados en los acontecimientos del 2017 me permito sugerir doblar la página, enfocar todos nuestros recursos, fuerzas, conocimientos, ser perseverantes para alcanzar las metas y objetivos trazados; este 2017 fue una trompeta de alerta para replanteamientos, y convencido que cada problema trae la semilla de su propia solución, estaremos aportando para encontrar soluciones, mejoraremos el ambiente nacional con buenas perspectivas, buenas expectativas y buenas propuestas.
Creo particularmente que nos hace sentir útiles y nos dignifica como empresarios la visión, el dinamismo, la creatividad, el deseo de contribuir, crear fuentes de trabajo, a pagar impuestos, nosotros los empresarios somos los que hacemos grande o pequeño un país con nuestras contribuciones; en síntesis, por estas razones abogamos siempre por la no intervención estatal, porque esta frena el desarrollo, necesitamos como emprendedores libertad de empresa, incentivos a través de buenas condiciones de infraestructura, una burocracia que facilite el cumplimiento de las contribuciones (impuestos) y facilidad para que los participan en la economía informal se incorporen a los regímenes legales, y poder hacer todos juntos grande a nuestro país.
Conclusión:
1. Sí es cierto que tuvimos un año difícil en todos los contextos de la vida nacional, pero no nos desanima el mismo, si nos fortalece para seguir bregando, en busca de un mañana mejor para nosotros como empresarios, para nuestras familias, para nuestros colaboradores, para nuestro país.
2. Digamos adiós al 2017 con gratitud a Dios, porque hasta aquí Él nos ayudó.
3. Comencemos un 2018 con fe en Dios, en nosotros mismos, en Guatemala, con optimismo, con nuevas fuerzas, contribuyendo así a una mejor Guatemala, libre de conflictos, los cuales detienen nuestro avance.
4. Tenga las mejores expectativas y espere lo mejor para el 2018.
Administrador de empresas, Licenciatura en Teología, empresario, presidente de Cámara de Comercio de Guatemala filial Quetzaltenango.