Procura saldar tus pendientes, para caminar plácido por la vida.
Esta es la anécdota de una hija adulta que está conmemorando el cabo de año del fallecimiento de su madre… Ha estado llorándola en su casa desconsoladamente hasta el punto de hartarse. En una actitud que ella misma llamó locura, gritó… “madre, madre, ¿dóndes estás?… ven que quiero platicar contigo…” y esperó a que llegara. Imaginó que la madre tocaba la puerta y se apresuró a abrir… “Pasa madre, gracias por haber venido, siéntate en la silla y quiero que me escuches… Y comenzó a reclamarle lo que no había podido en vida… pasaron varios minutos hasta que el ímpetu fue bajando, convirtiéndose en una voz calma, serena y tierna.
De repente se le ocurrió que quería oír las respuestas de su madre y entonces se sentó en la silla vacía, asumió el rol de su madre, respondiendo como ella lo haría. Fue jugando los roles de madre e hija, hasta que no tardaron en llegar las disculpas entre ambas partes al punto de que todo quedó saldado. Esta hija con voz trémula dijo: “Ahora es tiempo que te vayas a descansar, madre… adiós”. Con su imaginación la acompañó a la puerta y la despidió… con una bendición.
Esta técnica parece una locura, pero realmente cura. Usted la puede emplear también, con quien ya no está, o no desea estar. La imaginación tiene poder para curar. El cambio de roles también cura y más el jugar un psicodrama.
Estas técnicas le pueden brindar: desahogo, liberación de emociones, cambio de la estructura mental, visión diferente del punto de vista de la otra persona y alta empatía.
También la puede hacer en familia, pruebe intercambiar los roles. Si el esposo es muy regañón porque ve que la esposa se queda en casa descansando, mientras él se va a trabajar duro, entonces inviertan los papeles. Ahora que se quede él cuidando a los niños y ella que se salga ocho horas y que regrese a ver TV.
O si el hermano insulta a su hermana porque se tarda demasiado lavando los platos, mientras él barre rápido el patio, entonces invierta los roles y que el jovencito lave los platos por una semana y la niña barra el patio. Se dará cuenta que estas técnicas que parecen locura, son realmente reveladoras.
Le dejo la siguiente frase de Jack Sparrow para que reflexione: “Locura y genialidad, es increíble lo a menudo que coinciden estos dos conceptos”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo