Aunque nos odiemos, cumplimos lo que debemos.
¡Sáquelos de rin! En cierta ocasión, una pareja se estaba peleando con palabras groseras en la sala de la casa, así como nunca se habían dado. Algunos hijos se asustaron y otros se enojaron, pero cuando uno de ellos intentó tomar partido defendiendo a uno y acusando al otro, ambos padres le detuvieron, le miraron a los ojos, y le dijeron: “este es un problema entre nosotros, no tuyo. Vete a tu cuarto”
La pareja terminó separándose definitivamente, sin embargo ambos padres se acercaron individualmente a cada uno de sus hijos diciéndoles, que se había fallado a la promesa de amor en pareja, pero que no se habían fallado a la promesa de padres. Esto se logró porque anticipadamente los padres habían prometido, que si hubiera algún problema entre ellos, jamás iban a envenenar el corazón de sus hijos en contra del otro, y así lo cumplieron.
Lamentablemente hay madres que castigan al padre, negándole verles. Algunos papás se desesperan tanto, que algunos han llegado al suicidio, según un periódico de España. Ellas no se dan cuenta que le hacen más daño a los niños con esta actitud. También existen padres que se vengan de las madres quitándole a los hijos, uno a uno, ganándoselos pero de forma comprada. Los hijos se confunden y piensan que el padre es el bueno y la madre es la mala.
Cuando la pareja no está de acuerdo, en la forma de educar a los menores, resulta que uno, es el exige y el otro es el que consiente. Esta enemistad paternal daña la personalidad en crecimiento. Más aún cuando ambos padres intentan ganarse el cariño, dándoles regalos, cariños exagerados y lavado de cerebro.
Para que los frutos de esa relación que se comenzó con amor, y se concibió con amor, crezcan sanos mental, física y socialmente, los padres, aunque se odien, deben tener una amistad paternal.
Esta amistad paternal cosiste en tener una relación cordial, respetuosa y constante. Con los únicos fines de buscar el bienestar supremo de los menores de edad. Si es imposible volver a unir a la pareja, entonces los temas de conversación deben ir encaminados única y exclusivamente al crecimiento de esos seres que vinieron a este mundo en un hogar iniciado a voluntad y basado en dos personas que se amaron.
Una actitud así, reflejará la madurez emocional de cada uno, el amor incondicional por la familia, aunque esté desintegrada y el autocontrol aunque la tormentas se presenten de vez en cuando fuertes.
Le dejo la siguiente frase, para que reflexione: “La libertad no consiste en hacer lo que se quiere, sino en hacer lo que se debe”
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo