Los valores son características inherentes a las personas y los objetos. Pero en el caso del ser humano, los valores son cualidades que se adquieren a lo largo de su desarrollo como persona. Los valores son criterios previos que uno tiene ya formados antes de actuar, y de los que se parte para elegir un fin, escoger unos u otros medios, (Yepes Stork & Aranguren Echevarría, 2009, pág. 106).
Todos los seres humanos actuamos según unos valores determinados. Son las herramientas que utilizamos para encontrarle el rumbo y el sentido a nuestra vida; incluso, nos ayudan a tomar decisiones correctas. Nos indican dónde queda el Norte, el Sur, el Éste y el Oeste. Nos orienta en la vida.
Hay una gran diversidad de valores: vitales (salud, alegría, amor, valentía), económicos (calidad, ahorro, ganancia), sociales (amistad, altruismo, fidelidad), políticos (lealtad, diálogo, consenso, interés público, autoridad, responsabilidad política, estado de derecho), entre otros. (Sagols Sales, Linares Salgado, & De la Garza Camino, 2012, págs. 53-54). Son tan diversos como los seres humanos.
San Juan Pablo II afirmaba que la familia es la primera escuela doméstica. Una buena persona se forma en una familia; una mala persona ha sido mal formada en una familia. La familia es el primer y más importante ámbito en el que se forma una persona. Luego están otros espacios como la escuela y las iglesias, pero son entes secundarios. Por lo tanto, son los padres de familia los responsables de educar a los “buenos cristianos y honrados ciudadanos”, (Don Bosco).
Pero “entre el dicho y el hecho hay mucho trecho”, reza el refrán. Entre lo que se dice y hace hay un gran divorcio, puesto que somos humanos. Somos seres perfectibles, no perfectos. El reto para nosotros es esforzarnos cada día más, para ser más coherentes entre lo que decimos y hacemos. Pero a algunos gremios, como el de los políticos, sí se les va la mano, porque lo que hacen con una mano lo borran con la otra.
Un ejemplo clarísimo es la política guatemalteca. ¿Será que la política está en crisis? Creo que no. Los que sí están en crisis son los políticos (no todos), los que hacen política. Y están en crisis, poque no se conducen ni legislan según los valores, sino según sus propios intereses. Ver a un presidente del Congreso atrasar más de una hora una votación para improbar el Estado de Calamidad, para hacer negocios sucios, sí es triste. No creo que haya estado llamando para que hicieran oración.
Pero no sólo los políticos están en crisis. Pienso que en todos los gremios de profesionales se cuecen habas. Por lo que el desafío es grande y serio. Ese código de ética establecido para orientar la vida de los profesionales, ha sido y sigue siendo pisoteado a diestra y siniestra. Y esto pasa, porque los enemigos del bien, están en todas partes y a la orden del día. Los enemigos de los valores son los antivalores, traducidos en hipocresía y falsedad.
La pregunta es ¿Tienes valores o te vale? A algunos les vale madre los valores. Si seguimos con esta cultura de “me vale todo”, entonces nuestro país y nuestras instituciones religiosas se vendrán al suelo. Digo esto, porque hasta en las instituciones religiosas, algunos valores como el respeto y el amor al prójimo son pisoteados como basura. Algunos líderes religiosos son más seguidores de los escribas y fariseos que de los valores del reino proclamados por Cristo.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.