Guatemala es un país de una belleza impresionante, con recursos naturales y culturales superiores a cualquier país de Latinoamérica. Es una nación rica, esto es fácil de comprobar cuando se establecen indicadores que nos presenta el monto de dinero que el Gobierno pierde por concepto de la corrupción, un equivalente al 30 % del presupuesto, aún así subsiste el 62 % de la población, vive el 35 % y se lo disfruta con grandes privilegios el restante 3 %.
Son muchas las dificultades que los ciudadanos comunes deben enfrentar para subsistir en suelo guatemalteco, la delincuencia incontrolable, malos servicios en el área de salud, educación de bajo nivel, carreteras destrozadas, presencia del Estado en un 20 % del territorio, lo que se traduce en ingobernabilidad. Un Estado cooptado como la ha evidenciado la Cicig y el Ministerio Publico. Un presidente sin planificación, un Congreso al servicio del crimen organizado y del sector poderoso económico. Justicia selectiva, qué mayor ejemplo que un ciudadano que toma Q 300.00 de limosna de una iglesia es sentenciado a 10 años de cárcel, en comparación de los Q 450,000 que el presidente Jimmy Morales se recetó como bono de riesgo, y que al devolverlo la Corte determinó que no hay delito que perseguir.
A todo esto hay que sumar el tema del desempleo, que no se evidencia, porque las estadísticas se toman a partir de contar con un empleo sin importar si es formal o no. El sector informal es el que mayor plazas de empleo tiene, se considera que de 10 trabajadores siete están empleados en este sector. Esto significa que no obtienen mensualmente el salario mínimo, prestaciones y mucho menos seguridad social.
Sin embargo, aun y cuando se esté en el sector formal, en donde el salario mínimo es de Q 2,750.00, si solo el esposo trabaja no logra cubrir la canasta básica alimentaria –CBA–, ya que esta asciende a Q 4,070.00. El Instituto Nacional de Estadística define la CBA como, “el conjunto de alimentos, expresados en cantidades suficientes para satisfacer las necesidades de calorías de un hogar promedio, de 5 integrantes”.
Imaginemos entonces la diferencia que existe entre el salario mínimo y La canasta básica vital (CBV), ya que suma Q 8,195.33, incluye además del mínimo alimentario, los servicios básicos, tales como agua, luz, vestuario, vivienda, salud, transporte, recreación, educación, etcétera.
Para los que buscan una respuesta a la migración, acá encontramos una, para vivir con lo básico, un guatemalteco común debe tener por lo menos tres trabajos, o sea trabajar 24 horas al día; primero, es prohibido por la Constitución; segundo, es imposible. Mientras que en Estados Unidos se requiere trabajar 14 días de 8 horas cada uno, para alcanzar el monto de la canasta básica vital.
Con estos datos, vivir en Guatemala con las condiciones mínimas de subsistencia es un verdadero desafío, especialmente para los más desposeídos. Analicemos el caso de los jubilados del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, algunos de ellos reciben apenas Q 1,000.00, lo que les alcanza para 8 días de la canasta básica alimentaria, significa entonces que los restantes 22 días son de sufrimiento.
Estos números deben ser el punto de partida para que el Gobierno replantee el camino si en verdad desea gobernar para las mayorías.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.