Entre más consciente de la realidad, mayor salud mental.
La mente busca caminos fáciles para entender la realidad, le desagrada el desequilibrio y muchas veces prefiere engañarse a esforzarse. A veces se niega a encontrar y enfrentar la realidad. El sesgo de confirmación es un patrón de pensamiento que le lleva a buscar sistemáticamente reafirmar las conclusiones preestablecidas, en lugar de tener una pregunta, se tiene la respuesta.
Los pensamientos tienden a buscar información que respalde los puntos de vista, o interpretar evidencia de manera que apoye sus creencias, expectativas o hipótesis preexistentes. Se llama sesgo porque se desvía de la realidad hacia una forma ya determinada, como que le atrajera por peso.
Muchas veces queremos creer lo que queremos creer y andamos buscando datos que lo ratifiquen, desechamos todos los que contradicen, aunque sean mayoría, aceptamos únicamente los que van a favor, aunque sean minoría. Para los que nos observan en ese momento es evidente ese sesgo, y para nosotros es ligeramente evidente allá en el fondo. “No hay peor ciego que el que no quiere ver”, dice el dicho.
Esto es evidente con los fanáticos de un equipo de futbol, que estallan en alegría cuando dicen algo a favor y se quedan callados cuando hablan en contra, con tal de no estallar de furia. También lo observamos en quienes tienen ideas religiosas muy fuertes, que tienden a aliarse a los piensan igual, diciéndose: “tú eres de los míos”.
También se ve en los se identifican con una nación, un territorio o un origen ético, que son capaces de morir o matar por su patria. También el hipocondríaco que tiene mucho miedo a enfermar, que cuando oye algún síntoma, lo asocia a su persona.
Para poder salir de esta tendencia al sesgo, lo primero es hacernos conscientes, para ello en lugar de rebuscar confirmar, hay que buscar refutar. Poner atención a los datos contrarios. Esto requiere pelearnos contra nuestras convicciones, que pueden estar erradas y enraizadas, y eso duele.
La tendencia a continuar creyendo en una idea, es por no desperdiciar el camino andado. Así como que se tratara de una cuenta bancaria, donde hemos hecho aportes y cuando llegamos, no hay nada. Como dice el dicho: “¿De qué te sirve correr si vas por mal camino?”. ¿Pero cómo puedes saber que vas por mal camino? Pues si no miras para todos los lados, seguirás caminando como ciego. La verdad es mucho mejor y más compasiva, más sana, aunque al principio parezca fría e inaceptable. Le dejo la siguiente frase para que reflexione: “Es más fácil engañar de nuevo a la gente, que convencerle que ha sido engañada”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo