Llevo 33 años viviendo en Quetzaltenango. Y durante estos años he sido testigo de su transformación académica, industrial y, por ende, económica. Según algunos historiadores, la ciudad de Quetzaltenango fue fundada un 15 de mayo de 1524, en las vísperas de la fiesta de Pentecostés, con la que la iglesia católica celebra la venida del Espíritu Santo. Esta fecha coincide con el nombre que actualmente lleva la Catedral Metropolitana de Los Altos: Parroquia del Espíritu Santo.
La ciudad de Quetzaltenango es muy famosa en el mundo por su clima frío, la conocidísima canción Luna de Xelajú, y las riquísimas shecas horneadas en las mejores panaderías de la localidad. A esto se le agregan sus tradiciones propias de Semana Santa, que le dan un brillo especial. No se puede dejar de mencionar la bajada de la Viren del Rosario en el mes de septiembre, que es un ícono de la fe católica.
Hace 500 años existía solo el centro histórico. El resto del territorio era usado para siembras diversas propias de este clima. Después de estos largos 500 años, la ciudad ha evolucionado, llegando a convertirse en la segunda ciudad más importante en el orden industrial, después de la ciudad de Guatemala.
Una particularidad de esta ciudad es su interés por la educación. Es una ciudad que ama la educación, la cultura y el conocimiento. Hay una buena cantidad de instituciones educativas públicas, que tienen la fama de graduar a excelentes profesionales. La mayor parte de la educación primaria, secundaria y universitaria está en manos de la iniciativa privada. Lo cierto es que aquí en Xela existe un amor especial por la educación y el conocimiento. Hay estudiantes de casi todo el país.
No puedo dejar de mencionar, que, a nivel deportivo, el club de los amores de los quetzaltecos, es el Xelajú Mario Camposeco. En ningún otro lugar de Guatemala he visto un amor tan grande por un equipo, como el que he visto durante estas tres décadas en Xela. Yo soy originario de Huehuetenango, pero le he llegado a tener un cariño especial a este club de fútbol.
Es una ciudad emblemática, bella. Pero aún falta mucho por hacer. La responsabilidad es de todos los que aquí vivimos. Y si la educación es algo que caracteriza a esta ciudad, los habitantes de esta ciudad debemos educarnos cada más y mejor, para hacer de esta ciudad una ciudad aún más próspera de lo que es hasta ahora. Todos, independientemente del oficio y la profesión que tengamos, debemos asumir la responsabilidad de echarnos al hombre esta ciudad.
Muchos siguen tirando basura en las calles, los dueños del transporte no les dan mantenimiento a sus unidades, por lo que llenan a la ciudad de humo. Hay que hacer vida la ley de tránsito, para conducirnos con educación en la ciudad. Xela merece tener mejores autoridades municipales, que sean más íntegras y justas. Que quienes lleguen a gobernar la ciudad lo hagan por amor a la ciudad y no por amor al dinero. Estoy consciente de que no es fácil gobernar una ciudad como Quetzaltenango, pero es posible hacer un gobierno justo y en beneficio de los vecinos de la ciudad. Sigamos trabajando con responsabilidad para hacer grande a Xela. ¡Felicidades, Xela por tus 500 años!
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.