Estamos constantemente bombardeados por los problemas que enfrentamos y, a veces, podemos sentirnos completamente abrumados. Con simplemente salir de nuestras casas el mismo tráfico que, como en cualquier sociedad corrupta, ignorante y a falta hasta de educación vial, al final estamos expuestos a tanto peligro. A veces me siento bastante abatido cuando pienso en el sombrío futuro de nuestro hermoso planeta.
Sin embargo, encontré El vuelo del colibrí (Una parábola para todo tipo de vida) de Michael Nicoll Yahgulanaas, aunque también encontré que provenía de una antigua leyenda nativa americana; por supuesto, quería saber de dónde venía esta leyenda de los nativos americanos, qué tribu contó esta historia, y realmente no me sorprendió no poder encontrar otras fuentes. Pero también les recomiendo y animo a leer las diferentes opciones.
La historia del colibrí trata sobre este enorme bosque siendo consumido por un incendio. Todos los animales del bosque salen y quedan paralizados al ver el bosque arder y se sienten muy abrumados, muy impotentes, excepto este pequeño colibrí. Dice: ‘¡Voy a hacer algo con el fuego!’ Entonces vuela hasta el arroyo más cercano y toma una gota de agua. Lo pone al fuego y sube y baja, sube y baja, sube y baja, lo más rápido que puede. Mientras tanto, todos los demás animales, animales mucho más grandes como el elefante con una trompa grande que podría traer mucha más agua, están allí indefensos. Y le están diciendo al colibrí: ‘¿Qué crees que puedes hacer? Eres muy pequeño. Este incendio es demasiado grande. Tus alas son muy pequeñas y tu pico es tan pequeño que sólo puedes traer una pequeña gota de agua a la vez”.
No’, dijo el colibrí, ‘sé que no puedo. Pero el bosque es mi hogar. Me alimenta, me protege a mí y a mi familia. Estoy muy agradecido por eso. Y ayudo al bosque a crecer polinizando sus flores. Soy parte de ella y el bosque es parte de mí. Sé que no puedo apagar el fuego, pero debo hacer mi parte. Pero como siguen desanimándolo, éste se dirige a ellos de nuevo sin perder tiempo y les dice: “Estoy haciendo lo mejor que puedo”.
Y eso para mí es lo que todos deberíamos hacer. Siempre debemos ser como un colibrí. Puede que sea insignificante, pero ciertamente no quiero ser como los animales que ven cómo el planeta se va por el desagüe. Seré un colibrí, haré lo mejor que pueda.
La Historia del Colibrí describe la motivación de muchos en torno a estas actividades, pero también es una alegoría de la participación y el empoderamiento personal que podemos aplicar a cualquier desafío.
Estoy agradecido de que esta pequeña historia del colibrí me haya sacado de mi depresión, desempleoy sobreviviendo en este nuestro país de Guate mal en peor y me haya llevado a conocer personas tan interesantes, maravillosas y a la vez espectaculares. Me tomaré en serio la moraleja de la fábula: en lugar de ceder a la desesperación, simplemente haré de mi parte, aunque sea pequeño. La vida premiarámi esfuerzo, aunque sea una gota a la vez y el éxito será por la perseverancia.