La madrugada del miércoles 10 de octubre de 2018 pasará a la historia como aquel día que fue leída la primera sentencia condenatoria a la primera mujer vice presidenta de nuestro país.
Mi objetivo no es alegrarme de la desgracia ajena, menos hacer leño del árbol caído, ni nada parecido, si no llamar a la reflexión de toda persona que vivimos en este lindo país, y sobre todo a las personas que están ejerciendo poder por medio de la política, justicia, religión, etc., y que además administren el bendito dinero de los contribuyentes.
Roxana Baldetti tuvo la oportunidad de oro de escribir su nombre con letras de oro, en el libro de oro de la historia de Guatemala, sin embargo, por la prepotencia, avaricia, codicia, amor al dinero fácil, su enfermiza obsesión por amasar cuanto antes y como sea, el dinero que le serviría para vivir una jubilación “decorosa”, está escribiendo su propia historia con letras negras en el libro más sucio y con el título más odiado por la gente que lucha día a día por su combate: CORRUPCIÓN.
Hasta hoy, es la primera mujer en ocupar la vicepresidencia de la república, cargo que por años las mujeres organizadas y no organizadas han estado pidiendo a gritos la inclusión de la mujer en cargos públicos, sin embargo, ha Baldetti le valió un pepino tan alta distinción usándolo con total descaro y en todas las oportunidades donde tenía que “gastar” el dinero del pueblo, lo hacía para su beneficio personal, el de su familia y de sus secuaces corruptos. Tengo en la memoria aquel video, donde se veía a su hijo literalmente tirando el dinero.
Hasta hoy, la justicia la ha condenado a 15 años con 6 meses por el caso “Agua Mágica”, como todos sabemos aún le quedan otros tres casos por recibir sentencia, sin duda serán sentencias condenatorias y luego, la justicia gringa requiere su extradición por delitos vinculados con el narcotráfico, la vida ostentosa y la jubilación “digna” que se propuso lograr a su manera, no será posible, porque la manera, la forma en que lo estaba haciendo, fue inmoral, reprobable, repugnante e indigna sobre todo en un país donde el 60 % de su población vive en pobreza y pobreza extrema.
Lo que aún no logro entender, es la mente tan pequeña y la ambición tan grande de la gente que integra el criminal grupo de #pactodecorruptos, sin la más mínima decencia ni escrúpulos menos por el más mínimo temor a Dios siguen cometiendo actos totalmente alejados de la ley, más aún, la “comisión de trabajo” que formó felipe alejos –así, con mínuscula- para “investigar” la compra del edificio del MP.
Con razón Jimmy Morales y el #pactodecorruptos bajo la cobertura del Consejo de Seguridad Nacional, afirman que el comisionado Iván Velásquez, atenta contra el orden y la seguridad pública, afectando la gobernabilidad, institucionalidad, justicia y paz del país, pero, pero, ellos -#pactodecorruptos- se refieren a su país, a su paz y su tranquilidad, el bienestar y el mejoramiento de la calidad de vida de los guatemaltecos de a pie, les importa un rábano. Por Dios, qué no haríamos con los recursos robados, hurtados, malversados y defraudados, son miles de millones de quetzales. Pongámonos por un instante en los zapatos de la gente de los municipios más alejados de Huehuetenango, que deben viajar hasta la capital para someterse a tratamientos que por la corrupción, únicamente se dan en el INCAN –ciudad capital-, eso no y no debe seguir así. ¿Cuántos INCANES tendríamos en el país y cuántas vidas se hubieran salvado si no hubiéramos tolerado, fomentado y aceptado tanta corrupción e impunidad? Por eso, hoy más que nunca debemos estar vigilantes ante las atrocidades que están planeando los criminales de cuello blanco –diputados corruptos-, esos que ahora pegan el grito al cielo alegando el debido proceso y la presunción de inocencia, pero antes del trabajo del Comisionado Velásquez, ni conocían esos derechos que sí les asiste a la gente de escasos recursos que está privada de su libertad y en muchos casos injustamente.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.