Esta semana se conoció los resultados de la investigación periodística “Pandora Paper”. Esta se refiere a develar la forma en que miles de empresas de varios países del mundo, así como personas individuales, trasladan las ganancias obtenidas en su país de residencia a los conocidos como paraísos fiscales, con el objetivo de pagar una menor tasa de impuestos, o en el mejor de los casos no pagar. El instrumento legal para enviar los millones de dólares, es una sociedad anónima, constituida fuera del territorio nacional, conocida como “offshore”. El elemento esencial para este tipo de organización legal, es que no realiza operaciones en ese país.
La investigación de los “Pandora Paper”, colocó a Guatemala en la lista de los primeros 10 países que utilizaron el mecanismo para evadir impuestos. Son 658 contribuyentes los identificados en la lista, guatemaltecos que optaron por ocultar sus activos en paraísos fiscales. Pero no solo es nuestro país, y menos solo empresarios. El estudio reveló, por lo menos, el nombre de 12, entre presidentes y ex presidentes latinoamericanos.
Estos datos entregan mucha evidencia para que la Superintendencia de Administración Tributaria, en compañía del Ministerio Público inicie una profunda investigación, la duda es, lo van a hacer. Fiscalizaran a grandes empresarios, políticos, funcionarios de gobierno. Está claro que usar una empresa fuera del territorio nacional no es un delito, por el simple hecho de hacerlo, hay que verificar el objetivo. Ocultar dinero obtenido de forma ilícita, si es un delito, o bien no pagar los impuestos correspondientes a estos ingresos. Ahora bien esto no es nuevo, es algo que ha sucedido durante muchos años, quienes utilizan este mecanismo son las grandes empresas, aquellas que tienen ingresos en miles de millones de quetzales.
La familia Kong, propietaria de varias empresas en Guatemala, dedicada a la fabricación de jabón y productos de belleza, como negocio estrella. Aquellos que regalaron al ex presidente Jimmy Morales hospedaje en un lujoso hotel antes de tomar posesión. Nada es gratis, ¿por qué las empresas financian campañas políticas, o hacen regalos ostentosos a funcionarios electos? La respuesta es sencilla, estas empresas esperan favores futuros, dentro de estos NO SER FISCALIZADOS POR SAT.
La fiscalización de las grandes empresas siempre ha estado en duda, algunos de manera ingenua, responden que son estas grandes corporación las que más fiscalización tienen, porque incluso hay una oficina de SAT ubicada para controlar los procesos, cabe mencionar que el control es para garantizar el cobro de impuestos indirectos o al consumo, como el caso del Impuesto al Valor Agregado, Impuesto al Cemento o Impuesto a las Bebidas, claro, esto porque no lo pagan estas empresas, va cargado en el precio que paga el consumidor, y ellos perciben, para luego trasladar a las arcas del fisco. Sin embargo los informes de recaudación los ubican como los grandes pagadores de impuestos, siendo totalmente falso, pero cuenta con la complicidad de la Administración Tributaria.
Este es el gran fantasma con el que luchan los buenos funcionarios de la Administración Tributaria. Las empresas que obtienen el 90% de la riqueza que se genera en la producción nacional no pagan impuestos, ellos solo lo perciben y trasladan a las arcas fiscales, es el consumidor el que paga. Ante esta situación no le queda otra a las autoridades de la Superintendencia de Administración Tributaria de usar la ya trillada frase: “para mejorar la recaudación tributaria debemos ampliar la base tributaria”.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.