Durante el tiempo que lleva la pandemia del Covid-19 en Guatemala se ha privilegiado la “economía” por sobre los intereses de la salud, protección y salario de los médicos, educación, y sobre la vida de los seres humanos.
En 2021 en un mensaje presidencial se anunció que el salario mínimo se mantendría en los mismos montos para apoyar a la economía de las empresas y mantener el número de empleados. El problema es más de fondo que de forma, independientemente de que las personas mantengan el mismo salario que el año pasado al final no importaría tanto.
Lo que realmente hay que resaltar es que el salario mínimo vigente es insuficiente, si tomamos en cuenta que el monto es de Q3075.00, para una familia de 4 integrantes tendrían para cada uno Q768.75 cada uno, si lo dividimos en 30 días tendrían Q25.62, para pagar 3 tiempos de comida al día, lo cual no es para nada representativo, más el pago de servicios mínimos como luz y agua, útiles escolares, combustible y si alguien enferma deberá comprar sus medicinas o pagar un servicio privado.
Lo realmente urgente es ajustar el salario mínimo a la realidad, tomando en cuenta no solo el PIB ni los datos del banco de Guatemala, porque esos son indicadores que podrían servir, pero en un país desarrollado en donde toda la información se registra correctamente y tienen un índice alto de credibilidad.
Se está privilegiando la economía de las empresas, pero son las mismas empresas las que le venden los productos y servicios a la población, población que si no tiene con que comprar de todas formas va a detener la economía porque no habrá poder de adquisición.
No se están tomando medidas o políticas económicas que realmente ayuden a paliar los efectos de la pandemia en la economía, muchas empresas que no venden artículos de primera necesidad o de consumo masivo de todas formas tendrán que prescindir del personal, incluso quebrarán o cerraran operaciones, independientemente de que el salario mínimo se quede o no como está porque solo es un maquillaje al problema de fondo.
En conclusión, el salario mínimo debería alcanzar para el bienestar del trabajador y su familia, pero, en Guatemala quienes reciben el salario mínimo en el área rural y no rural no solo pueden adquirir con ello una canasta alimentaria básica, pero no alcanza para el bienestar familiar en general, en éstos meses ni siquiera para adquirir mascarillas, alcohol en gel, o equipo de protección personal.
Pero un dato más preocúpate es que en las familias de las áreas urbanas en donde dos miembros trabajan, perciben prácticamente dos salarios mínimos (uno cada uno), no superan el nivel de pobreza si se toma en cuenta su bienestar general, más bien esos dos salarios mínimos solo alcanzan para cubrir un 80% de sus necesidades familiares. Es decir, les sirve para sobrevivir, pero no para vivir plenamente y salir de la pobreza o cubrir recreación, salud, educación mucho menos vivienda.