La respiración es el eje fundamental de la vida.
Si está sufriendo los síntomas de la ansiedad, es porque está respirando erradamente. La ansiedad obliga al organismo a funcionar de forma alterada que provoca problemas de hambre, sueño, sensación de ahogo, irritabilidad, nerviosismo, sudoración, temblores, sensación de peligro.
Practicar tres veces al día la respiración abdominal, ayuda a recobrar el equilibrio. Brinda lapsos de descanso que inmediatamente brindan sensación de relajamiento y energía vital. ¡Claro!… Normaliza lo que se ha estado perturbando por horas.
Consiste en tres pasos, uno se inhala por la nariz, lento, continuo, profundo; mientras se infla el abdomen, como que fuera un globo. Dos, se sostiene la respiración por unos segundos. Y tres, se exhala por la boca, lento continuo, profundo; mientras se contrae la panza.
Es importantísimo que su mente esté concentrada en la respiración, en el aire que entra y luego sale, en los movimientos de los músculos, en la sensación refrescante cuando entra a los pulmones, y en la sensación pequeña de agonía cuando se sostiene el aire. Si se distrae en otros pensamientos, regresar inmediatamente la mente a la respiración. Esto ayuda a calmar la mente y el cuerpo.
Al contraer y expandir el abdomen, se le brinda un masaje a los órganos internos, se mejora la circulación, y se hace que circule el aire muerto que se mueve muy poco en la parte baja de los pulmones. El diafragma es el músculo que ejecuta este movimiento, por eso también se le llama respiración diafragmática.
Con pocos minutos de este ejercicio, el organismo pasa del estado de alerta al estado de relajación. Inmediatamente se segregan hormonas como, serotonina, dopamina, oxitocina y endorfinas. Las hormonas de la felicidad.
Es fundamental que se haga con una intención de disfrute. Como un regalo hacia sí mismo. Es posible que al comenzar el ejercicio, se percate de lo alterado que está, y eso le haga sentirse peor, pero en realidad está mejor y va para mejor. Así es que continúe con el ejercicio y ponga una actitud de placer.
Disfrute de la vida, la respiración es vida. Recuérdese que cuando un niño nace, toma su primera respiración hacia la vida. Cuando alguien muere espira y expira. Disfrute del placer de estar vivo, respirando, en el aquí y en el ahora.
Puede hacer el ejercicio tumbado cómodamente, o sentado con la espalda recta y cuando ya se vuelva experto, hasta lo puede hacer con los ojos abiertos y haciendo otras tareas. Esto le brindará salud física y mental.
Le dejo la siguiente frase para que reflexione: “Vives una vida tan anormal, que tu organismo se comporta anormalmente”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo