Heráclito de Éfeso (535-475), hace la diferencia entre hombres y mujeres dormidos y despiertos. Los hombres dormidos son los que no toman conciencia de su realidad, no son críticos y normalmente tropiezan una y otra vez con la misma piedra. En cambio, los hombres despiertos son los que toman conciencia de su realidad y aprenden de sus errores. Estos últimos son capaces de elaborar juicos de valor a favor o en contra de una acción.
La actitud vigilante es importante en el desarrollo de la vida ordinaria, de tal manera que no nos agarren desprevenidos. Estar “alertas” es una actitud de hombres y mujeres sabios. La vigilia es importante en la familia, es decir, tener los ojos abiertos para percibir conductas en los hijos y corregirlos según el proceder de cada uno.
La vigilia laboral, es clave para que los directores, gerentes y todos los que lideran las empresas y los negocios estén atentos a la manera cómo proceden sus trabajadores. Incluso la vigilia laboral nos permite estar atentos a la conducta de los pacientes o clientes, y así brindarles un mejor servicio.
La vigilia académica es importante para apostar por la excelencia académica desde el inicio de la carrera y no solamente al final de la misma. Aquellos estudiantes que en un par de meses quieran memorizar lo visto durante cinco o seis años para poder ganar un examen, están desubicados, puesto que un estudiante extraordinario es aquel que se prepara desde que entra a una casa de estudios.
La vigilia emocional es aquella que nos ayuda a estar atentos a los demonios afectivos que se aparecen en los momentos menos esperados de la vida. El tener abiertos los ojos emocionales nos permite ponerle límites a cualquier relación; es la que nos motiva a cortar aquellas relaciones malsanas que en vez de ayudarnos a evolucionar como personas nos estancan.
La vigilia política, es la que nos permite estar atentos al proceder de los políticos, es decir, de la manera cómo trabajan los actores políticos a nivel nacional e internacional. A los políticos les conviene tener ciudadanos dormidos, que a todo digan que sí o que simplemente no reaccionen a nada. Pero un buen ciudadano tiene que estar despierto para denunciar las estupideces de quienes nos gobiernan.
La vigilia espiritual, nos permite hacer un buen proceso de discernimiento en cuanto a aquellas acciones que nos acercan o alejan de Dios. El mismo Jesús afirma: “velen y estén preparados, porque no saben qué día va a venir su Señor”, (Mt 24, 42-51). Debemos estar preparados como las diez jóvenes previsoras, que tenían a mano un frasco de aceite junto con su lámpara, para esperar al esposo, (Mt 25, 1-13). El aceite del amor es el mejor ingrediente de la vigilia espiritual. La vigilia es un valor trascendental en la vida. Es un “estado de quien se halla despierto o en vela”, (RAE, 2021). Esta actitud de estar en vela y despierto le permite a una sociedad evolucionar. Cuando alguien está en vela se da cuenta de lo que pasa en la realidad y juzga esa realidad con criterios lógicos. Una sociedad anestesiada, cae en el conformismo y en el sin sentido. Despierte del sueño y devore este mundo. Ha nacido para estar despierto, ¡jamás dormido!
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.