Según la RAE (2018), una relación es “una exposición que se hace de un hecho; una conexión, correspondencia de algo con otra cosa; comunicación de alguien con otra persona”. Ahora bien, las relaciones humanas son interacciones entre personas de una sociedad; son la base del éxito personal y empresarial. La afinidad y la atracción entre personas, favorecen y fortalecen las relaciones humanas; el antagonismo o la no afinidad de intereses u opiniones, dificultan las relaciones entre los seres humanos. Tener buenas relaciones humanas le abre puertas en todos lados.
Por naturaleza, hombres y mujeres no podemos vivir solos, siempre vamos a necesitar del contacto con otros seres humanos. El primer espacio de relaciones humanas es la familia. En ella, aprendemos a tener buenas o malas relaciones humanas. Los niños imitan el ejemplo de sus padres. El segundo espacio de relaciones es la Escuela. En un centro educativo nos relacionamos con los maestros, personal administrativo y con los alumnos. El tercer espacio de relaciones humanas es el lugar de trabajo. Los trabajadores con buenas relaciones humanas solucionan problemas en las empresas; las personas mediocres, llegan a crear problemas a sus lugares de trabajo.
Si la familia desempeñó su función de educadora y formadora en el hogar, el niño, joven o adulto no tendrá ningún problema para establecer buenas relaciones con sus compañeros; de lo contrario, seremos personas muy difíciles de comunicarnos con los demás en cualquier ámbito de la sociedad.
Para mejorar nuestras relaciones humanas hay que practicar las siguientes virtudes. La delicadeza: “esta es una virtud fuerte, difícil, indispensable para los groseros, los intolerantes, los indiscretos, los burócratas, los nerviosos, los tímidos, los maleducados, egoístas”, (La Teología y las relaciones interpersonales de Joao Mohana). La ternura: es una expresión afable y afectuosa de amor, de que se quiere al otro. La sonrisa: es una práctica higiénica y saludable, tanto física como moralmente, (Vivir la bondad de Fernando M. Alvarez); es un derecho y un deber. El perdón: Para perdonar se requiere de humildad. Sea misericordioso con sus semejantes. La empatía: póngase en el lugar del otro.
Es sano nojuzgar a los demás; juzgar la responsabilidad humana, es una tarea de Dios. Los fariseos decían de Jesús: “este es un glotón y un borracho…amigo de pecadores” (Mt 11,19). Es muy fácil juzgar a los demás: a nuestros hijos, a nuestro esposo, a nuestra esposa, a nuestros compañeros. En lugar de observar a los demás, observémonos a nosotros mismos.
En nuestras relaciones humanas, constantemente practicamos patrones de conducta negativos, adquiridos desde la niñez. No sigamos haciendo daño por donde nos han hecho daño. Por favor, dé amor a sus hijos, a sus alumnos, a su esposo o esposa, a sus padres. La delicadeza, la ternura, la sonrisa, la empatía, el perdón y el amor, son los principales ingredientes de las relaciones humanas.
Hagamos el esfuerzo cada día por tener relaciones humanas asertivas, sanas y extraordinarias. El éxito profesional es el resultado de unas relaciones humanas excelentes; el fracaso es una consecuencia de la incapacidad de establecer relaciones humanas sanas con el entorno.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.