Solo en la mente de los corruptos, es decir, los que se aferran a la vida fácil, ostentosa, lujosa sin importar a quién atropellan con tal de conseguir sus fines, cabe la posibilidad de que en Guatemala está en peligro la soberanía del país, gritan a los cuatro vientos, cómo es posible que los izquierdistas, los extranjeros, etc., quieran gobernar y apoderarse de Guatemala, hasta Jorge Serrano Elías vocifera en el Facebook, la intromisión de la Cicig; él —Serrano Elías— es el menos indicado de tomar partido en este asunto, toda vez que, no tiene las agallas de venir a Guatemala a solventar su situación jurídica.
Para los que se golpeen el pecho diciendo que ningún extranjero puede venir a mandar en Guatemala —en alusión al Sr. Iván Velásquez—, quiero recordarles que desde hace más de 500 años, extranjeros se han dado a la tarea de invadir, saquear, robar, violar, masacrar, dividir, imponer su autoridad, costumbres, religión y hasta sus enfermedades a los habitantes de esta linda tierra. Así que, #pacto de corruptos, no me vengan con el cuento de ser muy nacionalistas, patriotas creo que sí, pero de la talla y picardía de Otto Pérez Molina y secuaces.
Para el ciudadano de a pie, el campesino, el comunitario, el profesional honesto, el empleado privado, el burócrata, el comerciante honrado, para el empresario que está pagando correctamente sus impuestos y cumple con la legalidad, incluso para el verdadero político —aunque habría que buscarlo como aguja en un pajar—, no nos debería preocupar la presencia y continuidad de la Cicig.
Recordemos que la Cicig no vino así por así a nuestro país, vino porque el Estado, en su estado semicolapsado, pidió a Naciones Unidas una ayudadita —coloquialmente hablando— para poner fin a grupos clandestinos, narcotráfico, criminales, contrabandistas, que presumiblemente estaban enquistados dentro del Gobierno. Todo estaba bien, todos muy santitos, pasaron dos directores de la Cicig y todos en paz y sin novedad en el frente, pero en 2015, ¡oh! sorpresa la que se llevaron los promotores o solicitantes de la Cicig, resulta que los delincuentes, criminales, contrabandistas —caso La Línea—, narcotraficantes resultaron ser, los mismísimos que solicitaron y ampliaron los plazos para que la Cicig siguiera trabajando en nuestro país; de 2015 a la fecha, han estado gritando: Intromisión extranjera, izquierdistas quieren tomar el poder, Cicig es una amenaza a la soberanía del país, Iván Velásquez está desestabilizando al país, y así por el estilo, es decir, puras pendejadas, porque sintieron pasos de animal grande cerca de ellos.
Ahora resulta que Jimmy Morales, al que le dijeron que es el presidente de Guatemala, pero él, en su torpeza y estupidez no lo aceptó, ahora resulta que, está jugando a dictador, a golpista, a títere de los que jamás han querido dejar las mieles del poder —políticos, militares de alto rango y ciertos “empresarios” que se han enriquecido a través de la corrupción e impunidad—. Sin más ni más, en septiembre 2017, declara no grato a Iván Velásquez, su estupidez fue corregida por la Corte de Constitucionalidad, luego, el último día de agosto de 2018 decide, con el apoyo irrestricto y beligerante de la fuerza bruta del ejército de Guatemala y la PNC, no prorrogar más el mandato de la Cicig en Guatemala, so pretexto que dicha comisión está extralimitándose en sus funciones y que es un peligro para Guatemala, es la peor y más descarada mentira que he escuchado de un presidente; para los guatemaltecos honrados, la Cicig no es una amenaza, es obvio que para él, su familia, sus financistas y contratistas, la Cicig es una verdadera amenaza, pero eso, es problema de él y su camarilla, reitero, no es problema de los guatemaltecos honestos y honrados.
Es inaudito el nivel de torpeza y estupidez de este señor —Jimmy Morales—, que el día martes 4 de septiembre decide no dejar entrar al territorio de Guatemala al Sr. Iván Velásquez, como guatemalteco me avergüenza tener como presidente a este señor.
Hoy más que nunca debemos manifestar nuestro rechazo a las actitudes serviles y corruptas de Jimmy Morales, a través de diversos medios y mecanismos, pero con el cuidado de hacerlo con altura y educación, procurando no caer en provocación, y rechazar toda provocación del corrupto.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.