“Una persona con voluntad llega más lejos que una persona inteligente”, (Enrique Rojas). Una persona puede ser muy inteligente, pero si no tiene voluntad jamás alcanzará sus metas; siempre encontrará una excusa a sus mediocridades o las de los demás. Hay algunas personas que se consideran inteligentes, y creen que, por ser inteligentes, pueden más que los demás. La realidad demuestra lo contrario. Bien afirma la sabiduría japonesa: “tarde o temprano la disciplina vencerá la inteligencia”.
La voluntad tiene que ver con el “querer”. Dice el refrán: “querer es poder”, pero “poder es querer”, no siempre. Puede más el que quiere más. Y en la vida ordinaria, desde mi experiencia de vida, hace más el que quiere más que el que puede más. La voluntad es la rectora de la personalidad, entendida como “la capacidad humana para decidir la propia conduta” (RAE).
Hay personas que además de ser inteligentes tienen todos los medios para alcanzar sus metas, pero nunca las alcanzan, porque no tienen la voluntad de hacerlo, es decir, no lo desean y no lo quieren. Estas personas inteligentes y con recursos, si no toman conciencia de que además de poder y tener se necesita “querer”, no pasarán de zopilotes a gavilán. Si al “puedo y tengo” le agrego el “quiero”, ¡Ya la hice!
Considero que todos nos hemos planteado metas para este año que apenas estamos iniciando. Hemos avanzado poco. Esas metas que se ha propuesto a nivel de salud, educación y emprendimiento, puede lograrlas. Pero tome en cuenta que no es suficiente ser inteligente. Solo con inteligencia el ser humano no rinde, no produce todo lo que puede dar. Si soy inteligente, pero me la paso dormido todo el día, nunca seré nada.
Incluso la voluntad es necesaria hasta para superar los sinsabores de la vida. En este ir caminando, uno se topa con gente mediocre, falsa, hipócrita, difamadora y envidiosa. Y la voluntad nos ayuda a no hacerles caso, sino ignorarlas y continuar nuestro camino hacia el éxito y la santidad. Tenemos que tener la fuerza de voluntad para caminar entre el estiércol que algunos van dejando en el camino, pero sin contaminarnos. Y sí se puede.
La voluntad es indispensable para superar nuestras flaquezas y debilidades humanas. La vida del hombre es un “subir y bajar” cada día. Pero la voluntad nos puede ayudar a superar cuanta mente estúpida nos encontremos en el camino. La voluntad es el motor para escalar valles y montañas jamás soñados. La voluntad de querer hacerlo y lograrlo es la clave para subir a la cima y ver desde ahí lo maravillosa que es la vida. Una vez situados en la cima, podemos afirmar que han valido la pena las noches oscuras, las lágrimas y los sustos de quienes quisieron vernos en la ruina.
Nosotros hemos nacido para ser grandes. Tengamos la voluntad para descubrir que somos águilas y que podemos volar. No somos patos ni moscas ni pollos. Somos águilas que podemos levantar el vuelo y descubrir nuevos horizontes. La cultura en la que nacimos, tampoco debe ser un obstáculo para alcanzar nuestras metas. La voluntad rompe estereotipos y falsas creencias adquiridas en el seno de las familias y culturas. Cuando se tiene la voluntad de hacerlo, todo es posible.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.