En estos tiempos continuos de Covid19 , un estudio realizado en los Estados Unidos revela que acompañar los tiempos difíciles, como curar una enfermedad, por rezos ofrecidos por extraños, puede ser contraproducente, el resultado es que no tienen ningún efecto en la recuperación de las personas que han pasado por una operación debido a alguna enfermedad. Los defensores han sostenido que rezar es quizá la respuesta ante cualquier momento difícil y que podría aliviar el sufrimiento mediante estos mecanismos. Lo que lleva a pensar si los efectos de rezar es una pérdida de tiempo, debido a que depende más allá de la eficacia de la ciencia.
Es más, los pacientes que sabían que se estaba rezando por ellos tuvieron una tasa más alta de complicaciones posquirúrgicas, como problemas anormales, quizá debido a las expectativas creadas por los que rezaban, sugirieron los investigadores. El estudio en cuestión es la investigación científica más rigurosa sobre la posibilidad de que rezar pueda curar enfermedades: comenzó hace casi una década, abarcó a más de 1800 pacientes y ha sido, durante años, objeto de especulaciones. Al menos diez estudios sobre los efectos de rezar han sido llevados a cabo en los últimos seis años con resultados negativos. Este informe fue publicado en The American Heart Journal y menciona que el estudio costó US$2,4 millones de dólares y la mayor parte del dinero provino de la Fundación John Templeton, que apoya la investigación sobre espiritualidad versus lo científico.
En el estudio, dado a conocer por la publicación, se agrega que los investigadores monitorearon a 1802 pacientes de seis hospitales que recibieron atención médica. Los pacientes fueron divididos en tres grupos, por dos de los cuales se rezaba; por el tercero, nadie lo hacía. La mitad de los que recibían rezos fueron informados del hecho, y a la otra mitad no se le dijo absolutamente nada. Parte de la investigación consistió en juntar a grupos de tres segmentos diferentes de congregaciones y que rezaran utilizando los nombres de los pacientes y la inicial de sus apellidos. Al analizar durante algunos días, se observó que no había ninguna diferencia entre los pacientes por los que se había rezado y por los que no. El estudio fue presentado rigurosamente para evitar distintos problemas que surgieron en estudios previos, los expertos dijeron que no podían superar el mayor obstáculo: la cantidad de rezos no conocidos que cada persona recibía de amigos, familiares y personas que rezan diariamente por los enfermos y moribundos.
Les dejo con esta frase de Amos Bronson Alcote un filósofo y profesor norteamericano ‘’La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia’’.