Tiene fantasias que le evitan vivir.
Magia es hacer aparecer algo donde no había nada, por fuerzas sobrenaturales. El pensamiento mágico consiste en imaginar que sucede algo que va normalmente a favor de lo que se desea.
Por ejemplo, un joven que necesita trabajo puede imaginar que le van a ir a ofrecer el puesto a su casa. Una esposa puede imaginar que su esposo aparecerá con un regalo que le queda cabal. Una madre puede idealizar en su mente a su hija, que se comporta de determinada manera, y cuando ella se comporta como lo es, la madre la compara con hija ideal y la hija real sale perdiendo.
Muchas personas tienden a confundir la fe con el pensamiento mágico. Piensan que si piden, con mucha insistencia, entonces se les concederá. Que si creen con fervor que ya tienen algo, entonces lo tendrán. Que si declaran fuertemente algo, eso se convertirá en realidad. Y cuando naturalmente sucede, entonces refuerzan el pensamiento mágico, y si no se cumple piensan que no lo desearon tan fuertemente. De todos modos lo reafirman a fuerza de voluntad.
El pensamiento mágico es una irrealidad, que normalmente trae frustración. Entre más fuerte sea, más inconformidad y más infelices serán. Una esposa puede estar enamorada de su hombre ideal, que anda por otro lado casado con otra, y ella se conforma con su premio de consolación que tiene en casa. También compran afanadamente la crema reductora de peso que quita arrugas anunciadas en TV, bajo el lema de “llame ya”, y se desilusionan con que no obtienen el cuerpo de la modelo que anunció el producto.
El pensamiento mágico es un deseo de una realidad diferente, y un desperdicio de la realidad actual. Un joven mitómano puede alardear que viajó en las vacaciones a Europa y mostrar objetos y fotos, porque rechaza que se quedó en casa. Una señorita anoréxica puede negar que esté baja de peso al verse al espejo. Una enamorada que perdió al “amor de su vida” puede soñar que él le acompaña en su día. Don Quijote deliraba con que él era un caballero medieval que peleaba con dragones.
Algunos embaucadores saben que la mayoría de la población tiene un alto pensamiento mágico, y se aprovechan. Usan la fe religiosa, las creencias espirituales, la ideas irrealistas para timar a los más que puedan. Ofreciéndoles una realidad de humo. A veces solo les quitan dinero, otras libertad y otras más, la vida, al hacerlos dependientes esclavos.
De tanto golpe, aprenden que la magia no existe. Que si quieren conseguir algo lo tienen que hacer con salir a luchar. Que por evitar lo que temen, hace que se perpetúe ese temor, que por buscar lo fácil les resulta difícil, que por impacientes tienen que esperar más. Por fantasear con una realidad sin haber luchado por ella, si es que es posible, resultan más vacíos.
Sin embargo, una dosis de pensamiento mágico puede ser creativo, cuando la persona está consciente de su fantasía y la usa para construir. Le dejo la siguiente frase para que reflexione, “está bien que construyas castillos en el aire, pero no te pases a vivir a ellos”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo