Los historiadores señalan que el 9 de julio de 1820 Atanasio Tzul en compañía de Lucas Aguilar –Akilal- y sus respectivas esposas, lideraron el levantamiento del pueblo de San Miguel Totonicapán debido a los desmanes de los españoles en esos años, y que el 12 del mismo mes y año, Atanasio Tzul fue proclamado como gobernante de Totonicapán, el resto de la historia, a estas alturas debe ser de su conocimiento pleno, pero, si aún no lo conoce, le invito a que encienda su laptop o teléfono inteligente y busque dicha información, en un parpadeo tendrá lo que necesita saber sobre los 201 años que lleva la población indígena tanto de Totonicapán como del resto del país sobre las consecuencias y efectos de ese levantamiento.
Los hijos de los hijos de los españoles y otros foráneos que vinieron después de la “conquista”, pensaron que, con darnos la silla del abuelo, nos íbamos a quedar tranquilos, felices, admirando de arriba hacia abajo a la silla y que eso nos iba a llevar días, meses y quizá años contemplando la monumental obra después de 201 años. Debo indicar que, para nosotros la silla no es simplemente una silla, es un símbolo que nos transmite energía y reflexión y que debemos resistir, persistir y jamás desistir. Eso, lo dejó muy claro el actual presidente de la Junta Directiva de 48 Cantones –Sr. Martín Toc- cuando recibió la silla en manos de Alejandro Giammattei, pero al parecer, Giammattei no entendió o no quiso entender el mensaje a pesar que el Sr, Martín Toc, le habló con un español muy fluido muy a pesar que ese idioma no es el nuestro, nos lo impusieron.
A ver, voy a tratar de explicarle a Giammattei lo que nuestro representante Sr. Martin Toc, le dijo, “lo que usted decida, diga sí tiene su efecto en el país”, también le dijo “porque la población aún cree un poco en el Estado, no se vaya a enojar cuando manifestamos …”; las decisiones que usted tome o que la clase poderosa de este país quiere que usted tome, obviamente las que van en contra de la mayoría de la población, definitivamente va a tener consecuencias y la población después de 200 años de lucha, va a reaccionar cual elefante blanco. Otra cosa, a pesar que el Estado nos ha estado robando, matando –masacre de Alaska, 4 de octubre 2012-, discriminando, etc., aún creemos en ese Estado.
Así mismo, dijo “Nos llevamos la silla, pero no solo queremos la silla, queremos desarrollo para todos, 48 cantones no es solo de Totonicapán, 48 Cantones es del país”. Estoy seguro que los ideales, pensamiento y deseos de Atanasio Tzul, se están empezando a cumplir, porque hoy por hoy, 48 Cantones ya trascendió en el espacio y en el tiempo, eso significa que, debemos seguir administrando con responsabilidad ese espacio que se ha ganado y ganado a pulso.
Quiero finalizar este pequeñísimo análisis con la siguiente expresión del Sr. Toc “y 48 cantones siempre va a incidir porque no es una lucha de ideologías ni conceptos, Cuarenta y ocho Cantones va siempre ha exigir oportunidades para todos y no solo por Totonicapán, sino para todo el país”. Alejandro Giammattei no quiere escuchar la voz de los ancestros a través del presidente de los 48 Cantones, sus decisiones abonan a la corrupción, a la criminalidad y en ningún momento está al servicio de la población mayoritariamente indígena y pobre de este país. Se llegó el momento para que 48 Cantones lidere el movimiento más grande que necesita el país para beneficio no solo de Totonicapán sino de toda Guatemala. Hoy –ayer- empezamos con la convocatoria al paro nacional para solicitar la renuncia de Giammattei y Consuelo Porras, el camino no es fácil, el primer logro es la unidad de los pueblos Xincas, Garífunas y ladinos.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.