En más de una ocasión me he topado con personas agresivas y mal humoradas. Y esa agresividad las convierte en gente tipo mosca, es decir, viven sólo fastidiando a los demás. Otras personas invierten demasiado tiempo en meter su nariz en donde no deben, se ponen a opinar sobre algo que nos les compete; en buen chapín son unos “metiches”, que como he mencionado antes, usan su vida para opinar sobre temas que no les competen. Algunas otras, sus celos enfermizos las lleva a expresar lo que nunca querían, y manipulan a su pareja, exigiéndole a que elija entre ellas/él y las otras opciones. Y algunos terminan haciéndole caso a sus inseguridades.
Pero ¿Por qué son así? ¿Por qué les gusta meterse donde no deben? ¿Por qué se meten a opinar sobre algo que no les compete? ¿Por qué se pasan dejando su veneno por todas partes? Definitivamente hay algo dentro de ellas que les impide estar en paz y en armonía.
Durante los primeros siete años de vida se forma una herida en todo ser humano. Esta herida se forma por falta de amor o bien por exceso de amor. Algunos no fuimos amados como debíamos en nuestra niñez, y eso nos convierte en personas mediocres. Otras personas recibieron exceso de amor, y por eso no aprenden a valerse por sí mismos, creando una conducta de dependencia hacia los otros.
Todos tenemos una herida; y mientras no tomemos conciencia de la necesidad de sanar esa herida acudiendo a un profesional de la psicología o a algún guía espiritual serio, vamos a seguir haciéndonos daños por donde nos hicieron daño. Esta es la causa de nuestras inseguridades, temores, dudas, desconciertos y frustraciones. Por lo que urge en la sociedad actual, buscar ayuda para integrar en nuestra vida actual, esos sin sabores de nuestros primeros años de vida.
Para poder ser felices en el presente de nuestra vida, es necesario integrar esa parte vulnerada y herida en los años pasados. Tanto en la vida consagrada como en la vida laical, es indispensable dejar de tener una mentalidad de pollo y aspirar a tener una mentalidad de águila. Los desmadres en los noviazgos y en las parejas ya casadas, se debe a desequilibrios emocionales. Y si no se busca ayuda, quien quiera que esté en estos estados de vida, va a sufrir más de la cuenta.
De verdad, haga un alto en su vida y revise su historia. Conocer el pasado le ayudará a entrar en contacto con aquellas áreas de su persona menos exploradas y que posiblemente son las causantes de que usted tenga una personalidad tipo volcán Santiaguito, es decir, que se la pasa haciendo erupciones a diestra y siniestra sin misericordia.
No es justo que usted se la pase chismoseando y fregando toda su vida. No es justo para usted ni para los demás que usted se la pase esparciendo veneno por todos lados. Es justo ser feliz y disfrutar de esta vida. Obviamente hay momentos en los que hay que hablar y expresarse con asertividad y amor. Pero por amor así mismo y al prójimo, hay que ser humildes y acudir a fuentes de sanación integral.
Ocúpese en sus cosas y sirva al prójimo con humildad. No meta su nariz donde no debe y no se deje manipular. Sea usted mismo, usted misma. Esta vida se nos ha dado por amor para amar. Convirtámonos en pequeñas gotas de amor, paz y tolerancia en donde quiera que la vida nos tenga.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.