ASEXORANDONOS
En las últimas semanas en Quetzaltenango, hemos escuchado frecuentemente, que algunas mujeres han sido víctimas de violación, situación que para nada es nueva en esta ciudad, pues ha sido una problemática que ha estado presente lastimosamente en nuestra sociedad. Es importante que nos centremos en los efectos que esto trae para las víctimas.
Cuando existe una violación, todo se transforma, porque se roba una parte de uno, una muy privada: la sexualidad, esa parte que cada uno comparte con quien uno debe decidir y por voluntad.
Para UNFPA (fondo de poblaciones de las naciones unidas) “violación sexuales la forma mas mencionada de violencia sexual, definida como el contacto sexual con otra persona sin su consentimiento. La violación es cometida cuando la resistencia de la víctima es dominada por la fuerza o el miedo o cualquier otra medida de coerción.”
Dos de cada tres mujeres en el mundo han sufrido algún tipo de violencia sexual, las víctimas de este tipo de agresiones tienen más riego de desarrollar trastorno de estrés postraumático, inclusive más intensa que los ex combatientes de guerra o de los sobrevivientes de desastres naturales, esto para ejemplificar lo perjudicial para la salud de la víctima.
La mayoría de víctimas, que son atendidas en servicios de salud, se les presta atención inmediata con el fin de prevenir un embarazo, prevenir enfermedades de transmisión sexual que incluyen VIH, y el manejo psicológico de la víctima es el que muchas veces no se termina, por eso tienen mayor riesgo de desarrollar trastorno de estrés postraumático, depresión, ansiedad, fobias, disfunciones sexuales.
En una situación donde hubo violación, toda la vida de la víctima cambia y de los que están a su alrededor, cuando no se sabe afrontar como sociedad se llega a culpabilizar a la víctima aunque sea de manera no consiente con frases como: “iba vestida provocativa”, “porque se expone a andar sola en la calle”, “estaba con sus traguitos encima, ella se lo busco”, frases como estas ejemplifican como se culpabiliza una y otra vez a la víctima.
Es importante el manejo adecuado de la víctima con tratamiento psicológico y médico, con apoyo social y familiar. Recalcando que es a largo plazo, porque es una situación difícil de superar con secuelas a futuro que pueden ser totalmente perjudiciales para la víctima y su entorno.
La re victimizaciónse agudiza también por los procesos judiciales que se alargan más tiempo, se revive una y otra vez lo ocurrido, al máximo detallepara que las autoridades den con el agresor, sin embargo esto implica que la víctima vuelva a recordar sin que esté preparada psicológicamente para ello. Algunas consecuencias en las víctimas van desde el aislamiento social y familiar hasta el suicidio. La etiqueta que coloca muchas veces la sociedad hace que la recuperación sea difícil.
Lo importante es no culpar a la víctima por su forma de vestir, de caminar, su etnia, sus costumbres, su religión, etcétera, lo importe es educar a los hijos para hacerles ver que “una mujer no es propiedad de nadie, que no se debe usar para satisfacer los caprichos de nadie.”
Experta en sexualidad, derechos sexuales y reproductivos. Médica General, con especialidad en Ginecología y Obstetricia. Tiene una Maestría en Sexualidad Humana.