Independientemente de la vocación o profesión que tengamos, todos estamos invitados a hacer el bien y ser luz para los demás. En el mundo, el tiempo transcurre entre luces y sombras. En Guatemala, la historia transcurre entre luces y sombras. En los últimos meses, ha habido más sombras que luces, sobre todo en la política. Pero, “qué le vamos a hacer”si en los actuales puestos, están personas que dejan mucho que desear con su forma de proceder y ejecutar las leyes.
De vez en cuando vale la pena hacer un proceso de discernimiento en el seno de las familias, para descubrir esas luces y sombras que pueden fortalecer y debilitar el funcionamiento de la misma. Considero, que a pesar de todos los problemas que puedan suscitarse en una familia, aún sigue siendo una institución fuerte y sólida. Sin embargo, las sombras de la infidelidad, las drogas y la desintegración familiar no dejan de debilitar el sistema familiar.
No está demás sugerirle a los padres de familia que tomen conciencia de esas sombras, es decir, de estas situaciones complejas y difíciles que suelen pasar en la familia, para comenzar a buscarles una solución. Si descubren en los hijos un bajo rendimiento académico, baja autoestima y un mal comportamiento, deben buscar inmediatamente ayuda profesional, y así subsanar esas heridas. Porque si dejan pasar esas sombras, los problemas se pueden agudizar, y costará más salir de ellas.
Las empresas en general, también tienen la responsabilidad de poner sobre la mesa las sombras de la impuntualidad, el síndrome de Burnout o del trabajador quemado, el bajo rendimiento de los trabajadores, la competencia desleal, entre otras. Una vez identificadas, hay que comenzar procesos de mejoramiento a través de talleres y capacitaciones que motiven a los trabajadores a dar lo mejor de sí mismos. La mejora continua en las empresas es indispensable para mantenerse en el rango de la excelencia.
Pero esa mejora continua debe existir también a nivel personal. Cuando las sombras son más que las luces en nuestra vida privada y personal, es el momento de activar medios eficaces y eficientes que nos permitan salir de los charcos de agua sucia en donde libremente hemos decido habitar. Normalmente las sombras más comunes son proyectadas por las heridas de las que hemos sido objeto a lo largo de nuestra historia personal. Y entonces, en nosotros hace su morada, la baja autoestima, las reacciones desproporcionadas, los miedos y otros sentimientos negativos que no nos dejan evolucionar en las diferentes dimensiones de nuestra vida.
Creo que este es el mayor reto para todos los seres humanos, hombres y mujeres. Cuando se despiertan nuestros demonios mudos internos, nos hacen cometer las peores estupideces de la vida. Y esto no es justo para nosotros mismos, puesto que sabemos que no somos tan malos como para hacer lo que en determinados momentos de la vida hacemos. Y uno se pregunta, ¿Qué me pasó si yo no soy así? Es cierto, no soy así, pero esas sombras arraigadas en las fibras más íntimas de mi ser, me hicieron tropezar con las piedras que jamás soñé.
Es en este momento en el que tenemos que acudir al Dios que me ha dado la vida. Hay que hablar con él con total honestidad. Hay que abrirle nuestro corazón y contarle que por el momento estoy en un callejón sin salida, en un laberinto sin salida, en un túnel donde no veo la luz. Pero que,con su gracia, yo venceré a mis propios demonios y convertiré esas sombras afectivas, académicas, familiares y espirituales, en luces. Y si hablamos con sinceridad, Dios nos auxiliará para ser luz y no sombras, en mi propia vida y en la vida de aquellas personas con quienes conviva todos los días.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.