Como regalo navideño, despedida de 2017 y augurio de lo que espera a los trabajadores sujetos al régimen del salario mínimo para 2018, el 28 de enero del año pasado, las instancias de Gobierno y el sector patronal, coincidieron, “benévolamente y con probada conciencia social”, en aprobar un 3.75 % de aumento al salario mínimo; esto implica que el sueldo mensual para los sujetos a este régimen oscilará entre los Q 2,758.18 y los Q 2,932.36, que equivalen a un salario diario, que va de Q 82.46 a los Q. 90.16; en ambos casos, según se trate de actividades no agrícolas o relacionadas con la agricultura.
Frente a este ofensivo aumento, tenemos que la canasta básica, aún considerándola en un precio relativo, ya alcanza los Q 6,000.00, sin tomar en cuenta que los salarios mínimos tienen vigencia para todo el año y la canasta básica aumentará, según lo decidan los vendedores de los artículos de consumo diario, con mínimo o nulo control de Diaco, según se comenta. Lo irónico en este “fabuloso aumento” es que, entre quienes intervinieron en su cálculo, argumentan que fue un procedimiento “técnico” el utilizado para determinarlo, argumento que hasta un analfabeta puede cuestionar; lo relacionado con los salarios, aunque se argumente lo contrario, es algo económico químicamente puro. En todo caso, si quisiéramos verlo desde el punto de vista técnico, será para demostrar que cada centavo que se aumente al salario, es un centavo menos que ganan los empleadores.
Partiendo del cálculo al valor actual de la canasta básica, vemos que el salario mínimo no alcanza ni para cubrir la mitad de su precio. El campesino, el obrero, el empleado bancario, del comercio, en fin, de quien sea, que para satisfacer sus necesidades dependa del salario mínimo, lo convierte en un acreedor de la política económica gubernamental, que con injusticias como las del aumento al salario mínimo, no hace sino aumentar la deuda social que históricamente se le tiene acumulada a quienes tienen como único patrimonio, su fuerza de trabajo y su pobreza.
El trabajador no solo tiene que cubrir necesidades de alimentación y otros menesteres para garantizar la subsistencia de él y su familia, aun trabajando él y su compañera o esposa. No olvidemos que también hay otras necesidades: salud, educación, vivienda, vestimenta, calzado, etc. Por eso, y aunque pudiera suponer una grosería, cuando se le pregunta a alguien que confronte una situación como tal, cómo le hace para satisfacer sus necesidades de alimentación, contesta: con hierbas y a puro huevo, el salario, no me da para más.
Coincidente y oportunamente, reflexionando sobre el tema que vengo abordando, me encontré con una noticia publicada en un periódico de circulación nacional. Se trata de algo que se supone fue tomado de la página de acceso a la información pública del Organismo Judicial, Acuerdo 96-2017 del 13 de diciembre de 2017, emitido “para compensar parcialmente los gastos de salud a magistrados de la Corte Suprema de Justicia, porque no gozan de protección en el IGSS”.
Según el referido acuerdo, que se justifica como “Ayuda pecuniaria temporal por tercera ocasión”, con esta desproporción social; además del sueldo, los magistrados podrán reportar y cobrar la reposición de los gastos médicos y sus derivados. Veamos si esto es moralmente justo o injusto: los magistrados tienen un sueldo de Q 39, 000.00, más tres bonos que suman Q 14,825.oo, hacen un ingreso mensual de Q 53,825.00, o sea, que sin ignorar la calidad profesional, calidad y responsabilidad del cargo, en este caso, lo que un magistrado gana en un mes, es equivalente a lo que un asalariado, con el mínimo, ganaría en 18 meses o año y medio.
Así podríamos, por similitud, comparar los sueldos en el Ejecutivo, Legislativo y otras instituciones de Gobierno, simplemente para reflexionar sobre lo justo o injusto, lo moral o inmoral del aumento a los salarios mínimos; lo justo o injusto de la política gubernamental.
Soy un profesional comprometido con la transparencia, la crítica y la propuesta, e identificado con los problemas sociales; los intereses y necesidades de los de a pie. / lufesaldy@hotmail.com