Faltan 59 días para el 25 de junio, fecha en las cuales los guatemaltecos empadronados, debemos acudir a las urnas para elegir a las nuevas autoridades que estarán al frente del Organismo Ejecutivo, Legislativo, Alcaldías municipales y Parlamento Centroamericano.
De acuerdo al artículo 196 de la Ley Electoral y de Partidos Políticos, hoy por hoy, se está desarrollando la segunda fase del proceso electoral 2023, el cual se refiere al período de propagando política, también es importante saber que, el artículo 219 de ese mismo cuerpo legal, faculta realizar propaganda electoral, es decir, toda actividad ejercida únicamente durante el proceso electoral con el objeto de difundir programas de gobierno, como también, captar, estimular o persuadirnos a los electores; también en esta etapa, las partidos políticos deben promover políticamente a ciudadanos, afiliados o candidatos por medio de la celebración de reuniones públicas, asambleas, marchas o a través de medios de comunicación, sean éstos, escritos, televisivos, radiales, televisión por cable, internet y similares. Qué interesante lo plasmado en este artículo, en un tercer párrafo, indica que, “La propaganda electoral es libre, sin más limitaciones que las establecidas en esta Ley y de los actos que sean constitutivos de delitos, que ofendan la moral o afecten al derecho de propiedad o el orden público.”
En ese orden de ideas, los partidos políticos -a decir verdad, el 99.99% no son partidos políticos, no lo son, y eso, no lo digo yo, el candidato a la presidencia Carlos Pineda, lo repite constantemente-, hasta la fecha, no han podido cumplir con ese mandato, es decir, presentar a los electores, sus respectivos programas de gobierno, tampoco, han logrado captar, estimular o persuadirnos, todo lo contrario, la ciudadanía ya está harto de tanto show, de tanta publicidad basura -y, lo digo con todo respeto-, esto nos debe llevar a la reflexión y re pensar en el futuro que nos depara.
Gracias a las redes sociales, nos hemos dado cuenta de incidentes que rayan en lo absurdo y que contravienen lo estipulado en el articulo 219 de la LEPP – “… y de los actos que sean constitutivos de delitos, que ofendan la moral o afecten el derecho de propiedad o el orden público”, de éstos, se han dado varios casos, pero quiero traer a la memoria lo sucedido en Alta Verapaz, donde una señora de armar tomar -literalmente así-, sin medir consecuencias desenfunda un arma y dispara. Pregunto, ¿acaso esta acción no encuadra con un delito de orden público?, viene a mi mente otra acción que ofende la moral, provocado intelectualmente por el candidato del tiktok -Pineda-, es inaudito como utiliza y manipula a Mechito -una persona carismática, campesino, de apariencia humilde-. En sus reuniones de campaña política -no da a conocer su programa de gobierno, sino pura charlatanería- le concede el tiempo a Mechito y pues, qué creen, con palabras soeces entretiene y fomenta la vulgaridad política, convirtiendo una actividad política de altura, en una reunión vulgar, pero, reitero, el responsable de tan deleznable acto, son los políticos sin ideología, sin principios ni moral. Qué pena por Mechito.
Así las cosas, respetable lector debemos seguir escuchando, leyendo y viendo, aunque a cuenta gotas, los programas de gobierno de los candidatos que pretenden administrar la cosa pública, en especial, el ejecutivo, afortunadamente, debo reconocer, hay candidatos -0.01%- que, por lo menos saben hacia dónde quieren llegar, con quien llegar y para qué quieren llegar, ojalá puedan y quieran cumplir con sus programas.
Hago un llamado a la conciencia de la ciudadanía, esa ciudadanía que está a la expectativa de qué hacer, a quién darle el beneficio de la duda, y, sobre todo, a esa ciudadanía que ya se hartó de más de lo mismo. No nos desesperemos, siempre hay un nuevo amanecer, siempre después de la tormenta, viene la calma, lo importante es saber hacia dónde debemos ir, entonces, no costará elegir el medio que nos conducirá.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.