A un país lo hace grande su gente, pero no cualquier gente, sino la gente buena. Los seres humanos tenemos la dicha de aspirar a ser mejores personas cada día. Y esto es lo que tenemos que hacer todos. Hay que dejar de ser vengativos y sinvergüenzas en los diferentes espacios en donde nos movemos todos los días. La gente buena de un país es la que no es vengativa, la que hace su trabajo con honestidad y ética. Por eso la mayor riqueza de un país es su gente buena.
Lo que tenemos que hacer los guatemaltecos para sacar del subdesarrollo a este país, es vivir con integridad. Y para que existan personas íntegras se requiere de una educación de calidad. Una educación de calidad produce mejores profesionales en todas las dimensiones de la vida social. Un país que no invierta en una educación integral para sus habitantes, está condenado a vivir en la miseria y sumido en la corrupción.
Guatemala necesita de más y mejores guatemaltecos y guatemaltecas que estén dispuestos a rifarse el físico con tal de construir un mejor mañana para las futuras generaciones. Durante estos casi cuarenta años de democracia guatemalteca, la mayoría de los políticos han caído en las garras de la corrupción. Esa ambición por el dinero ha hecho que Guatemala esté en manos de buitres. Y se han convertido en buitres corruptos por los múltiples compromisos que han asumido en sus campañas electorales. Cuando ya están en los puestos públicos lo primero que hacen es mover el ajedrez para comenzar a pagar los favores recibidos; y así comienza la corrupción en casi todos los espacios del Estado.
Confiemos en que de aquí en adelante los guatemaltecos nos vamos a unir para trabajar juntos de tal manera que Guatemala deje de ser ese país tercermundista y comience a ser un país próspero y con mejores condiciones de vida para sus habitantes. Si desde las áreas rurales hasta las urbanas todos comenzamos a dar pequeños pasos de integridad, en un futuro no muy lejano, los guatemaltecos podemos vivir en paz, con seguridad, educación y empleo.
Una vez terminado el proceso electoral, seguramente comenzaremos a ser testigos de la nueva ola de persecuciones, denuncias y hasta aprehensiones por parte de quienes ven afectados sus intereses. Es aquí en donde se requiere la presencia y cercanía de la “gente buena” de este país, para no permitir que sigan socavando la ya frágil democracia guatemalteca.
La “gente buena” tiene la esperanza en un mañana mejor. Sin embargo, hay en Guatemala una mafia, llamada “pacto de corruptos”, que no quiere cambios positivos para este país, porque quieren continuar saqueando lo poco que queda.
Pues hay que asumir una actitud de vigilia, es decir, estar despiertos y atentos a los próximos pasos de este grupo que tiene sitiado al país, para poder defender lo poco de democracia que tenemos. No es una tarea fácil, pero si nos unimos, podemos hacerles ver que ellos son nuestros servidores públicos y que nosotros les pagamos su salario con nuestros impuestos. Ya sabemos que la terquedad es su característica distintiva, y que de ética no tienen nada.
Nosotros, por nuestra parte, hagamos con excelencia ese trabajo que realizamos todos los días.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.