Lo mejor, no siempre es lo mejor.
Cuando defines algo como importante, automáticamente catalogas lo demás como no importante, o sea que desdeñas. Por esa clasificación es posible que te pierdas cosas maravillosas. Si siempre intentas sacarle provecho a algo, entonces te sentirás estresado, enojado y al final vacío.
Si también encasillas a las personas como importantes (VIP) o no importantes, entonces cometerás atropellos que causarán dolor e indignación. Lo que ves como importante, lo cuidas, lo valoras y te portas amable. Lo que ves como trivial, lo desprecias, lo descuidas y te portas grosero. Si piensas que la guinda del pastel, es más importante que el propio pastel, entonces solo come guindas. Luego observa cómo te sientes.
Hay jefes en las empresas, que dicen: “odio las cosas banales”. Y solo hablan de situaciones que traen utilidad, así propician un clima laboral desagradable. Docentes que toman a unos estudiantes como preferidos y a otros no les prestan interés. Madres que tienen un hijo predilecto, dañando así la formación emocional de todos, incluyendo el predilecto.
Padres que no asisten a un recital de su hija en la escuela porque dieron su tiempo a “cosas más importantes” en su trabajo. Con el tiempo, se dan cuenta que era más importante no perderse estas actividades únicas. ¿Piensas que tu tiempo es más valioso? ¿Te consideras más importante que los demás? ¿No te gusta que te hagan perder el tiempo?
La realidad es que tú no importas mucho para esta vida. Si te vas, todo seguiría bien sin ti. Así es que no te tomes demasiado en serio. Deja de andar por la vida haciendo problemas, exigiendo un privilegio que tú has fabricado en tu mente. Una planta pequeña no puede ser mejor que un árbol. Un tiempo no es mejor que otro. Cada día trae sus cosas bellas. Abandona esa falsa idea de “soy mejor que tú”.
Disfruta de las pequeñas cosas, ríe con los momentos ridículos, platica con aquel que subestimaste, procura minimizar las comparaciones, viviendo plenamente y consciente cada instante, cada objeto que se acerque a ti, atento o atenta a cada persona que se cruce por tu camino.
Te dejo la siguiente frase para que reflexiones: “La vida es una melodía, donde todos los instrumentos suenan en armonía”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo