Elegantemente vestido subió al escenario él medallista Olímpico, Jorge Vega, orgulloso de ser guatemalteco y portar los colores de su bandera, manifestó la complacencia de estar a la par de personalidades como las que lo acompañan en el quinto desayuno de oración. Previamente se había escuchado el discurso de Jimmy Morales, el vicepresidente Jafeth Cabrera, el presidente del congreso Álvaro Arzú y la Fiscal Consuelo Porras.
Las adulaciones de cada uno fueron parte del menú. El congresista republicano llamó «Héroe» al presidente Morales. Arzú dijo admirar la valentía de Morales y su familia al no claudicar a pesar de haber sido atacados de manera injusta por personas que tienen odio y resentimiento en su corazón. Todos terminaron su intervención con un pasaje bíblico, en especial la doctora Porras, quien con tono fuerte, seguro, como el del pastor se refirió a la necesidad de amar y perdonar.
Es fácil interpretar las razones que tienen cada uno de los funcionarios al referirse así del presidente. En el caso del congresista estadounidense llama héroe, porque así definen en el país del norte a todo aquel que defiende los intereses y patrimonio gringo, hecho que de manera innegable ha realizado con gran diligencia el Presidente. El mismo caso es el de los Arzú, defender los millonarios negocios de los cuales se benefician en la Municipalidad capitalina, es más debiese hacerse acreedor a unos dividendos que bien se los ha ganado el Presidente.
Todo se respiraba con tranquilidad, allí todos estaban convencidos que compartían la oración y los alimentos con el mejor mandatario que la historia había dejado, dichosos de conocerlo.
Pero faltaba una oración, una cita bíblica, la de un joven de origen humilde, quien durante su infancia sufrió de hambre, el y su familia.
Así lo hizo saber, manifestó que nada ha cambiado en el país, la educación no tiene cambios y no mejora, la delincuencia afecta a todos y está en aumento, desempleo, pobreza, desnutrición son hoy peor que ayer. Por lo que de nada sirven los discursos. Que los número hablen por sí solos, dijo.
La sorpresa de los funcionarios presentes fue mayúscula. Morales, Cabrera, Arzú y Porras con la mirada quería callar al joven, era imposible. Vega expresó el sentir de millones de ciudadanos, el 70% de ellos reprueba la gestión del actual gobierno.
Faltaba la estocada final, la sentencia que declaró inocente al hermano e hijo de Morales, hecho al que se refirió el joven así: “al final del día sus seres queridos y la justicia puede perdonarlos, pero el pueblo no lo olvidará y de la justicia divina nadie se salvará”.
En pocas palabras lo dicho por Vega se interpreta por el pueblo así: Los jueces podrán haber declarado inocentes a su hermano, a su hijo, el Congreso lo ha protegido a usted, y los jueces a su familia, pero el pueblo nunca olvidará lo hecho por ustedes, y de la justicia divina, así hagan los desayunos de oración que hagan, nadie los salvara. En palabras cristianas los condeno al fuego del infierno.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.